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Correo Científico Médico de Holguín 2003;7(3)

Trabajo de revisión

Departamento de Genética Molecular, Centro para la Investigación y Rehabilitación de las Ataxias Hereditarias “Carlos J. Finlay”. Holguín..

  

Neuropatología molecular de enfermedades poliglutamínicas.

 

Molecular neuropathology of polyglutamine diseases.

 

Luis Enrique Almaguer Mederos1, Nieves Santos Falcón2, Yobanis Rodríguez Almira3, Yanetza Zaldívar4.

 

1, 3 Licenciado en Ciencias Biológicas.

2 Licenciada en Biología.

4 Licenciada en Microbiología.

 

RESUMEN

 

Las enfermedades poliglutamínicas constituyen un creciente grupo de síndromes neurodegenerativos humanos, causados por la expansión de secuencias de CAG situadas en regiones codificadoras de genes noveles. Las proteínas poliglutamínicas resultantes de estos genes tienen una expresión ubicua y, sin embargo, son tóxicas solamente para poblaciones neuronales específicas.  Estudios recientes han contribuido a esclarecer los mecanismos moleculares que subyacen al proceso patogénico, aunque aun no se cuenta con una terapia curativa efectiva en ninguno de los casos. Aquí revisamos los resultados de investigaciones desarrolladas sobre la neuropatología molecular de estas afecciones.

Palabras clave: enfermedades poliglutamínicas, neuropatología, chaperonas moleculares, sistema ubiquitín-proteasoma.

 

ABSTRACT

 

Polyglutamine diseases constitute a growing group of human neurodegeneratives illnesses, caused by CAG repeat expansions located in the coding regions of novel genes. The resulting proteins have an ubiquitous expression; however, they are toxic only for specific neuronal populations.  Recent studies have contributed to clarify the molecular mechanisms that underlie the pathogenic process, however, not yet it is had an effective healing therapy in none of the cases. Here we reviewed the results of recent investigations on the molecular neuropathology of these affections.

Key words: polyglutamine diseases, neuropathology, molecular chaperones, ubiquitin- proteasome system.

 

DESARROLLO

 

Breve descripción de las enfermedades poliglutamínicas.

 

Las enfermedades poliglutamínicas constituyen un grupo heterogéneo de afecciones neurodegenerativas causadas por la expansión de una secuencia de CAG en regiones codificadoras de genes noveles 1,2. Este grupo actualmente incluye a 10 afecciones: la Enfermedad de Huntington (HD), la Atrofia Muscular Espinobulbar (SBMA), la Atrofia Dentado-Rubro-Pálido Luysiana (DRPLA), y las Ataxias Espinocerebelosas (SCA) tipo 1, 2, 3, 6, 7, 12, y 17 (Tabla 1).

 

Enfermedad de Huntington (HD).

 

La enfermedad de Huntington es un síndrome neurodegenerativo y progresivo, típicamente asociado con pérdida neuronal en el estriato y la corteza. Está asociada a movimientos involuntarios de tipo coreico, además de trastornos en el control emocional y alteraciones cognitivas; muestra un patrón de herencia autosómico dominante. Aunque la edad de inicio media de la enfermedad es de aproximadamente unos 40 años, varía en un amplio rango que va desde los 2 hasta los 80 años de edad, según lo observado hasta la fecha.  Aproximadamente el 10% de las personas con la HD desarrollan síntomas antes de los 20 años de edad, y otro 10% los manifiesta después de los 60 años 3. La HD fue mapeada inicialmente en la región telomérica del cromosoma 4 en 1983, y diez años más tarde fue identificado el gen causal 4, 5.

 

Atrofia Dentatorubral- Pálidoluysiana (DRPLA).

 

La Atrofia Dentatorubral- Pálidoluysiana es una enfermedad autosómico dominante caracterizada clínicamente por mioclonus, epilepsia, ataxia cerebelosa, coreoatetosis y demencia. Las características neuropatológicas cardinales de esta afección son la degeneración combinada de los sistemas dentatorubral y pálidoluysiano. Existe una clara asociación entre la edad de inicio y las características clínicas 6. El inicio antes de los 20 años se manifiesta como epilepsia mioclónica progresiva con demencia o retrazo mental y ataxia. El inicio entre los 40 y 60 años muestra ataxia cerebelosa, coreoatetosis, demencia y características psiquiátricas a menudo indistinguibles de la enfermedad de Huntington 7. El inicio entre los 20 y 40 años resulta en un fenotipo intermedio, con epilepsia mioclónica no progresiva, coreoatetosis, ataxia y demencia.

 

Ataxias Espinocerebelosas (SCA).

 

Las SCA constituyen un grupo de enfermedades neurodegenerativas progresivas que comparten las características clínicas primarias de ataxia de la marcha, disartria, disfagia, y dismetría de las extremidades. Esto resulta de alteraciones en el cerebelo y en sus vías aferentes y eferentes, aunque también puede haber cambios adicionales en otras estructuras del tallo cerebral o de la médula espinal, así como en la retina y el nervio óptico. La edad en que aparecen los primeros síntomas  varía ampliamente entre la primera y séptima décadas, aunque como promedio ocurre en la tercera década de la vida. Hasta el momento han sido identificadas 22 formas moleculares diferentes (SCA1,…, SCA22), y 7 de estas son causadas por proteínas poliglutamínicas 8.

 

Atrofia Muscular Espinobulbar (SBMA).

 

La SBMA muestra un patrón de herencia ligado al sexo, tiene un inicio tardío y se caracteriza clínicamente por fasciculaciones periorales que usualmente incluyen a la lengua, y por presencia de ginecomastia; las contracturas musculares o “cramps” pueden llegar a ser prominentes 9. En 1991 fue mapeada la enfermedad en el cromosoma Xq12, y el mismo año fue identificada una secuencia de CAG expandida en el gen del receptor de andrógeno en pacientes enfermos 9, 10. Constituye la primera de las enfermedades poliglutamínicas en que fuera identificada la expansión de una secuencia de CAG como mecanismo mutacional.

 

Neuropatología molecular de enfermedades poliglutamínicas. Principales descubrimientos y mecanismos propuestos.

 

El proceso patogénico en afecciones neurodegenerativas causadas por expansiones  en tractos de CAG, son mediadas por las proteínas poliglutamínicas resultantes 11. A pesar de que las proteínas patogénicas no comparten homología estructural fuera del dominio poliglutamínico, todas estas afecciones muestran varias características comunes: ocurren una vez expandido el segmento de CAG por encima de cierto valor umbral, cada una muestra un patrón de neurodegeneración específico aunque las proteínas implicadas están ampliamente expresadas, poseen inclusiones nucleares, perinucleares o citoplasmáticas como característica patológica unificadora, y son eminentemente neurológicas.  Una clave para explicar la exclusividad neurológica de estas enfermedades ha surgido de un trabajo publicado por Richt, et al. 12. Ellos demostraron que las inclusiones nucleares se dispersan durante la mitosis en células en división, reduciendo la carga de agregados nucleares. Esto sugiere que la acumulación específica de inclusiones nucleares en células terminalmente diferenciadas, como las neuronas, es consecuencia directa de su incapacidad para dividirse. Por otra parte, un estudio de Yoshizawa, et al. 13 sugirió que la ataxina-3 expandida debe conferir una mayor susceptibilidad a la muerte en células que se encuentren en la fase G(0)/G(1).

 Las similitudes identificadas entre las enfermedades poliglutamínicas permiten establecer una hipótesis general acerca de un mecanismo neuropatológico común, según el cual, la toxicidad neuronal puede ser una consecuencia de la expansión poliglutamínica  per se, con la selectividad regional de degeneración conferida por las secuencias de aminoácidos adyacentes al dominio de poliglutaminas. De hecho, ya ha sido comprobado que la poliglutamina expandida es capaz, por sí misma, de inducir la muerte celular 14. Las propiedades únicas de la poliglutamina expandida podrían conducir a interacciones proteína-proteína alteradas, incluyendo la agregación. Una hipótesis alternativa es que la poliglutamina expandida constituye un sustrato para las transglutaminasas. De la interacción entre ambas resultaría la unión covalente de las poliglutaminas a otras proteínas o a sí mismas 15. Ha sido comprobado en estudios realizados con la atrofina 1, producto del gen DRPLA, que inhibidores de las transglutaminasas como la cistamina y la monodacil cadaverina (MDC), suprimen parcialmente la formación de agregados nucleares y la muerte celular apoptótica, características de estas enfermedades. Como los efectos de estos dos inhibidores de las transglutaminasas fueron parciales, se plantea que la reacción cruzada con transglutaminasas pudiera no ser el único mecanismo que provoque la formación de agregados en el núcleo de las neuronas afectadas 16.

Existen evidencias de que la generación de proteínas truncadas que contengan el dominio poliglutamínico podría ser el paso inicial en la patogénesis de estas enfermedades. En este sentido ha sido encontrado que las proteínas patológicas son truncadas por  caspasas, una familia de cisteín-proteasas que son activadas a medida que la célula inicia la muerte celular programada (PCD). Sobre esta base ha sido propuesta una  hipótesis que sugiere que la actividad basal de las caspasas podría ser suficiente para generar pequeñas cantidades del producto truncado. Si este producto truncado fuera realmente tóxico a las neuronas, entonces la acumulación de estos fragmentos tóxicos podría generar un mayor estrés a la célula, lo que resultaría en una activación adicional de las caspasas y la eventual muerte celular 11,13.

Tomando en consideración que las diferentes proteínas solo comparten homología de secuencia en su dominio poliglutamínico, las deficiencias que producen estas enfermedades no implicarían una pérdida de las funciones normales de estas proteínas (que pudieran ser muy diferentes entre ellas), sino la ganancia de una nueva función común y aberrante. Pero, ¿cuál sería esta nueva función? Hasta el momento, solo es conocida la función normal del receptor del andrógeno (AR) (codificada por el gen SBMA), de la ataxina 6 o  subunidad a1A  formadora de poros de los canales de calcio dependientes de voltaje (codificada por el gen SCA6, o CACNA1A), y de la ataxina 17 o proteína de unión a la caja TATA (TBP). El AR actúa como factor transcripcional, al igual que la proteína Sp1, mientras que la TBP es la subunidad de unión a ADN del factor transcripcional D de la ARN polimerasa II 8,9,17. Estas proteínas realizan la transactivación mediada por el dominio poliglutamínico. Según Gerber 18, la gran mayoría de las proteínas con un dominio poliglutamínico grande están relacionadas con la regulación de la transcripción. Sin embargo, la localización preferencialmente citoplasmática de  la mayoría de las proteínas involucradas en este tipo de enfermedades, con la excepción de las ataxinas-1, –7 y -17, no concuerda con esta hipótesis. Por otra parte, se ha observado la ocurrencia de un incremento brusco y fugaz en la expresión del gen SCA1 en el cerebelo murino en el día decimocuarto de su desarrollo embrionario. Esto coincide con el período de activación funcional  de la corteza  cerebelosa en ratones, lo que sugiere un rol específico para el gen SCA1 en el desarrollo del cerebelo 19. Sin embargo, esto no es específico del cerebelo, sino que también ha sido observado en los discos intervertebrales de la médula espinal. Además, los ratones que carecen de ataxina-1 no muestran déficit cerebeloso. En lugar de esto, tienen deficiencias en el aprendizaje y facilitación disminuida en los pulsos del hipocampo, sugiriendo un rol para SCA1 en las funciones de este último 20.

Independientemente de la función normal de estas proteínas poliglutamínicas, su efecto patogénico parece ocurrir en el núcleo de las neuronas implicadas e involucrar la interrupción de la función nuclear normal, al menos en algunas de estos síndromes. En este sentido, ha sido encontrado en experimentos de dobles híbridos en levaduras que la ataxina-1 interactúa con  la enzima glicolítica GAPDH y con la proteína ácida nuclear rica en leucinas (LANP), muy expresada en las células de Purkinje 19. Considerando que la patología de estas células es una característica prominente de la SCA1, LANP es particularmente intrigante como posible cofactor patogénico, especialmente porque la interacción es mayor a medida que es más largo el dominio de poliglutaminas. Además, ha sido mostrado que la proteína LANP está incluida en los agregados de ataxina-1 en células transfectadas. El secuestro de LANP en estas inclusiones nucleares debe interferir con su función fisiológica, la cual aun permanece indefinida 19. También ha sido demostrado en ratones transgénicos y en cerebros de pacientes SCA1, que la ataxina-1 expandida causa la represión secuencial de 6 genes neuronales muy abundantes en las células de Purkinje y relacionados con la traducción de señales y la homeostasis del calcio. Esto ocurre antes de cualquier cambio patológico o conductual detectable. El que todos los genes cuya expresión haya sido alterada temprano en la patogénesis fueran reprimidos sugiere que quizás esté operando un mecanismo común en los niveles transcripcional o postranscripcional. Lin et al. 21 sugieren que la ataxina-1 podría interactuar directamente con ciertos factores transcripcionales o cofactores, interfiriendo específicamente con la transcripción de sus genes diana.

Por otra parte, ha sido observado que la localización nuclear de la ataxina-1 varía con la longitud del dominio poliglutamínico 22. La ataxina-1 normal se encuentra formando  varias estructuras nucleares de ~ 0.5mm, mientras que la proteína expandida forma una única estructura de ~2mm, antes del comienzo de la enfermedad. Estudios de colocalización muestran que esta proteína causa la redistribución específica del dominio asociado a la matriz nuclear portador de la proteína de leucemia promielocítica (PML), mientras que en preparados de matriz nuclear se ha demostrado que la ataxina-1 se asocia a la matriz nuclear en células de Purkinje y en células COS 22. El examen histológico de neuronas de individuos afectados con HD o SCA3, reveló la existencia de una única inclusión nuclear similar contenedora de huntingtina o ataxina-3 respectivamente 23, 24. Semejantes inclusiones intranucleares, probablemente debidas al mal plegamiento de las proteínas patológicas, han sido observadas en ratones transgénicos que expresan un fragmento de la huntingtina con un número expandido de poliglutaminas, y en cerebros de pacientes con SCA7 25, por lo que ha sido propuesto que la formación de agregados neuronales constituye el mecanismo neuropatológico común a todas las enfermedades poliglutamínicas. También han sido observadas inclusiones intranucleares en cerebros de pacientes con SCA2, pero no en el cerebelo, lo que sugiere discrepancia entre la formación de inclusiones nucleares y la degeneración en SCA2 26. Además, ha sido demostrado en ratones transgénicos, al menos para la SCA1, que aunque la localización nuclear de la proteína mutada es necesaria, la agregación nuclear de la ataxina-1 no es requerida para iniciar la patogénesis 11. Estas evidencias han hecho pensar en un posible rol protectivo de las inclusiones nucleares. Sin embargo, aun no se conoce realmente si estas forman parte del mecanismo patogénico, si son neuroprotectoras, o si no son más que un efecto colateral de la acumulación de fragmentos poliglutamínicos que no dañan ni benefician a las células afectadas. No obstante, el descubrimiento de estas inclusiones coloca a las enfermedades por poliglutaminas en el ámbito de otras enfermedades neurodegenerativas que muestran agregación proteica. Entre estas encontramos a la enfermedad de Alzheimer, las enfermedades por priones, y la enfermedad de Parkinson. Todas ellas representan proteinopatías, en las cuales la acumulación crónica de proteínas agregadas conduce al daño neuronal. Recientemente se propuso la hipótesis de que, en todas estas enfermedades, las proteínas patológicas se agregarían formando microagregados, no visibles al microscopio óptico, que interaccionarían de modo aberrante con otras proteínas celulares siendo así capaces de inducir la neurodegeneración. Eventualmente, estos microagregados podrían agregarse aún más, formando inclusiones nucleares no dañinas para la célula 27.

 

Las chaperonas moleculares y las enfermedades causadas por expansiones del trinucleótido CAG.

 

Las chaperonas moleculares son proteínas celulares que promueven el plegamiento, el ensamblaje de proteínas oligoméricas, la translocación y secreción de polipéptidos recién sintetizados, y que participan en la eliminación o reparación de proteínas desnaturalizadas.  Existen tres familias de chaperoninas, definidas por su identidad con las HSP (Heat Shock Protein)  y llamadas según el peso molecular de la primera forma descrita en este grupo. Cuando las células están expuestas a factores estresantes como choques hipertérmicos, radiación, toxinas, infecciones virales, etc., las HSP son sobreexpresadas; aunque también son expresadas constitutivamente 28.

Las HSPs parecen desempeñar un rol importante en la patogénesis de las enfermedades por poliglutaminas. Cummings, et al. 29, demostraron que la sobreexpresión de la chaperona HDJ-2/HSDJ en células HeLa disminuyó la agregación de ataxina-1, sugiriendo que el mal plegamiento proteico podría subyacer a la formación de agregados. Chai, et al. 30, reportaron la colocalización de Hsp70 y Hsp60 en los agregados intranucleares formados por la ataxina-3 en células neurales COS7 y PC12 transfectadas y en cerebros de enfermos con SCA3. Demostraron además que la expresión de proteínas con poliglutaminas expandidas origina una respuesta de estrés en las células manifestada por una marcada inducción de Hsp70. En células transfectadas, la sobreexpresión de las chaperonas HDJ-1 o HDJ-2 suprimen la agregación de la ataxina-3 mutada íntegra o truncada, y en un modelo neural PC12 de toxicidad por poliglutamina, fue demostrado que la sobre expresión de HDJ-1 suprime la agregación con una disminución paralela en la toxicidad.  Por su parte, Warrick et al. 31, usando un modelo de Drosophyla melanogaster para enfermedades por poliglutaminas, demostraron que la expresión directa de Hsp70 suprime la neurodegeneración inducida por poliglutaminas in vivo. En este caso, la supresión de la neurodegeneración por Hsp70 ocurrió sin un efecto visible en la formación de inclusiones nucleares, lo que indica que la toxicidad de las poliglutaminas puede ser disociada de la formación de agregados. Estos resultados tienen implicaciones terapéuticas debido a que sugiere que los esfuerzos para incrementar la actividad chaperona pueden ser beneficiosos en esta clase de enfermedades asociadas a conformaciones proteicas anormales y toxicidad. Sin embargo, recientemente fue reportado por Wyttenbach et al. 32, que la sobreexpresión de HDJ-2/HSDJ incrementó la formación de inclusiones en células COS-7 transfectadas con parte del exón 1 del gen de la HD, lo que viene a hacer más complejo nuestro conocimiento sobre los roles de HDJ-2/ HSDJ en el plegamiento proteico y en la patogénesis de las enfermedades por poliglutaminas.

 

Papel del sistema proteolítico ubiquitín-proteasoma en las enfermedades por expansión del trinucleótido CAG.

 

El proteasoma  20S es un complejo proteásico multicatalítico que normalmente se encuentra asociado con varias proteínas heterogéneas que forman una o dos capuchas de 19S en los extremos de la estructura de 20S, y que regulan su actividad proteolítica. Este complejo es llamado proteasoma 26S, y se considera que es el responsable de  la degradación de las proteínas anormales y de corta vida en el citoplasma y el  núcleo 33. La degradación de las proteínas por el proteasoma usualmente requiere la unión covalente de una proteína de 8,6 kDa (ubiquitina) al grupo amino epsilon de un residuo de lisina de la proteína sustrato. La ubiquitinación es importante para la degradación de varias proteínas reguladoras importantes como las ciclinas, c-fos, y p-53 34.

Ha sido demostrado que las inclusiones nucleares formadas por proteínas con el dominio poliglutamínico expandido están poliubiquitinadas, y que secuestran componentes proteasómicos, lo que sugiere  que la vía proteolítica ubiquitín-proteasoma está involucrada en la patogénesis de estas enfermedades. Chai, et al. 30, a través de estudios en cerebros de enfermos con SCA3 y en modelos in vitro, demostraron la redistribución del proteasoma 26S en las inclusiones intranucleares contenedoras de ataxina-3 mutada. Mostraron además que inhibidores del proteasoma causaron un incremento en la formación de agregados dependiente del tamaño del segmento  expandido.  Por otra parte, Cummings, et al. 35, muestran que mientras que las ataxinas-1 normal y expandida están igualmente poliubiquitinadas en neuronas de enfermos con SCA1, la forma expandida es tres veces más resistente a la degradación proteasómica. La inhibición de esta última promovió la agregación de la ataxina-1 en células transfectadas, mientras que en ratones transgénicos que expresaban la ataxina-1 pero no una proteína de unión a la ubiquitina, se observó una disminución significativa de las inclusiones nucleares. Wyttenbach et al. 32, mostraron la colocalización del complejo proteasómico 20S  y la ubiquitina en   las inclusiones nucleares formadas por la huntingtina en células transfectadas, y al utilizar la lactasistina como inhibidor proteasómico observaron un aumento en la proporción de células con inclusiones.

Por otra parte, según Zhang, et al. 36, algunos factores transcripcionales como NFkB, p53, receptores nucleares y sus cofactores son regulados por la degradación proteasómica, por lo que Lin, et al. 21, sugieren que la ataxina-1 podría perturbar la actividad proteasómica nuclear. Esto conduciría a la represión de ciertos genes a través del incremento en la degradación de sus activadores, o de la disminución en la degradación de sus represores, dependiendo de cómo sea modulada la actividad proteasómica por la ataxina-1.

 La acumulación de conjugados de proteínas ubiquitinadas se ha observado específicamente en células que exhiben una morfología apoptótica y criterios bioquímicos de apoptosis, lo que sugiere una posible relación entre la vía ubiquitina y el proceso apoptótico 37. Por otra parte, la inhibición de la función proteasómica puede activar la vía apoptótica 38, lo que viene a realzar la importancia de este sistema proteolítico en la patogénesis de las enfermedades causadas por proteínas poliglutamínicas.

 

 

Tabla 1. Enfermedades causadas por proteínas poliglutamínicas.

Enfermedad

Localización

genómica

Normal

Pre-

Mutación

Mutación

Patrón de Herencia

HD

4p16.3

6-34

-

36-180

AD

DRPLA

12p13.31

7-25

-

49-88

AD

SBMA

Xq11-q12

11-24

-

40-62

Ligada al sexo

SCA1

6p23

6-39

-

39-83

AD

SCA2

12q24.1

13-31

-

32-79

AD

SCA3

14q32.1

13-36

-

55-84

AD

SCA6

19p13

4-16

-

21-30

AD

SCA7

 

3p14-p21.1

4-35

28-35

34->300

AD

SCA12

5q31-q33

<29

-

66-93

AD

SCA17

6p27

25-44

-

47-55

AD

CONCLUSIONES

 

Aún existen muchas preguntas sin ser respondidas vinculadas a los mecanismos moleculares de la neuropatología de las enfermedades poliglutamínicas. Estas cuestiones no son simplemente de interés académico, dado que las respuestas podrían sugerir estrategias terapéuticas para este grupo de enfermedades. Además, puede que otras dolencias cuya base genética no sea actualmente bien conocida, puedan resultar ser afecciones causadas por la expansión de secuencias repetitivas de CAG. Por ejemplo, los genes responsables de más de un tercio de los casos con ataxia espinocerebelosa aun no se conocen. Por tanto, este grupo de enfermedades puede aumentar en tamaño y complejidad a medida que son elucidados los fundamentos genéticos de dolencias adicionales.

 

 

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