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Correo Científico Médico de Holguín 1999;3(3)

Trabajo original

Departamento de Filosofía y Salud. Cátedra de Bioética. Facultad de Ciencias Médicas de Holguín.

Concepciones ético filosóficas de la muerte.

Ethic-phylosophic ideas abaut death

             Idelisa Castro Bermúdez

Profesor Asistente.

RESUMEN

La muerte es uno de los momentos de la vida del hombre, es el último acontecimiento en que  participa, pero es a su vez el suceso que pone fin a la existencia del individuo, por tanto morirse es una experiencia individual y única que depende de la trayectoria, formación y condiciones así como el contexto social en que este se desenvuelve, lo que trae consigo diferentes comportamientos y aceptaciones en la conocida o denominada fase terminal, es precisamente este aspecto el que nos lleva a reflexionar cómo debe ser la actuación ética de nuestros profesionales en correspondencia con las exigencias de la Medicina Contemporánea y con las características de nuestro Sistema Nacional de Salud. Nuestro trabajo es resultado de las interpretaciones hechas a las concepciones existentes en el mundo referido a lo que se considera "buena muerte", a partir de lo cual hacemos una propuesta que se corresponde con nuestras costumbres, tradiciones y sobre todo con nuestros servicios de salud.

Palabras Claves: Muerte digna, bioética, final de la vida, enfermo terminal.

SUMMARY

Death is one of the moments of man´s life, it is the last event in which he takes part, but at the same time it is the happening that puts on end to his individual existance, hence to die is on each individual´s background, that is why there are different behaviours and degrees of acceptance throughout the well known terminal state. With this feature in mind we want to think about the ethical role of our health workers according to the demanding of the contemporary medicine and with the characteristics of the national health system.

Our paper is the result of the interpretation of the world existing conceptions about what is understood as good health. Taking this into account we make some proposition in accordance whith our customs and traditions and above all, with our health system.

Key Words:  Dign death, bioethics, end of life, terminal sick.

INTRODUCCION

Las actitudes ante la muerte varían extraordinariamente según las diferentes culturas y las edades de las personas. Todas las épocas han tenido sus tabúes, que se han superado en la época postmoderna, pero considero que la muerte por su connotación y significado se ha mantenido como tal; es muy difícil que los padres entre otras cosas les hablen de la muerte a sus hijos, tampoco lo hacen los maestros y profesores, más grave es todavía que nuestros profesionales no reflexionen sobre ella y eviten hablar sobre este acontecimiento con sus enfermos.

En nuestra cultura occidental predomina el ignorar la muerte tanto es así que el moribundo suele inhibir y ocultar sus sentimientos al respecto ( aún cuando está muy cerca de la muerte ). Hay sociedades en las que las personas están tan familiarizadas con la experiencia de la muerte que está apenas se diferencia de cualquier suceso cotidiano de la actividad del hombre, sino que está integrado y forma parte del vivir de las personas, en este sentido hay muchas tendencias y actitudes que tienen como fundamento el nivel de desarrollo social. El profesional de la salud, debe saber que no puede actuar de la misma forma con un anciano, un adolescente o un niño; debe tener en cuenta también el contexto social o cultural del paciente, sus valores morales, costumbres, tradiciones, momento histórico en que vive.

DESARROLLO

La muerte necesita en nuestros tiempos un nuevo tratamiento bioético provocado por los avances logrados durante los últimos años en las tecnologías, diagnósticas y terapéuticas que permiten hoy a nuestros médicos, alargar la vida de las personas con nuevos métodos diagnósticos. Son también notables los avances logrados en la tecnología de los métodos de apoyo en las unidades de cuidados intensivos para mantener el equilibrio cardio respiratorio mecánico, ventiladores, monitores, apoyo a la nutrición parenteral, así como nuevos antibióticos que permiten un mayor control de las infecciones, todo esto ha permitido una mayor sobrevida a enfermos antes condenados a una muerte prematura, conocimientos y métodos además hacen más factible el ensañamiento terapéutico en pacientes con muerte cerebral.

Teniendo en cuenta los aspectos anteriores haremos una interpretación desde el punto de vista ético-filosófico y social de este fenómeno.

La muerte la encontramos definida de diferentes maneras y enfoques, en algunos casos idealistas, absolutos, limitados o metafísicos:

"la separación del alma del cuerpo"

Platón.

"Desde el punto de vista físico la muerte no es otra cosa que el cese de la vida... pérdida de operar como un todo."

Ignacio Carrasco de Paula.

...."la desaparición de la actividad del organismo como un todo (no de todo el organismo), desaparición que por si mismo es definitiva e irreversible".

Profesor Seifert.

..."la destrucción de todas las estructura físicas".

..."pérdida de la capacidad de interacción social".

..."pérdida irreversible de la conciencia".

..."pérdida de la integración corporal".

La muerte debe ser definida como la pérdida irreversible de la función del organismo humano como un todo; este es un concepto biológico que presupone e implica la pérdida irreversible de la conciencia y la capacidad de reacción (aconciencia y arreflexia);la perdida irreversible de la capacidad , de respirar, y por tanto de mantener un latido cardíaco espontáneo.

De esa forma se esta obligado a determinar cuál es el órgano en el que reside la responsabilidad de dicha integración, pero desde el punto de vista social y a pesar de la experiencia acumulada todavía persisten ciertas discrepancias en torno al tema de la muerte cerebral; lógicamente ha resultado difícil tanto para el médico como para los familiares y la opinión pública en general la aceptación de la muerte de un individuo que presente signos tan vitales como el latido cardíaco, la respiración, la coloración de la temperatura corporal, ésta polémica también ha sido impulsada en alto grado por la temática del trasplante de órganos lo que hace necesario legislar con criterios diagnósticos claros y precisos las tomas de decisiones al respecto y por otro lado definir el momento en que pudiera realizarse sin riesgo moral o legal la extracción de órganos, especialmente órganos impares para ser trasplantados.

En nuestro país a partir del año 1987 se promulgó el nuevo código civil, se dejo a la ciencia la definición de muerte y es en este caso el MINSAP la define como "cese irreversible de las funciones cerebrales aunque otros organismos de la anatomía humana se mantengan funcionando" y a pesar de que jurídicamente no hay ningún documento cubano que tenga esa definición si se elabora con instrucciones precisas las maniobras que se deben llevar a cabo en los centros de trasplantología y donación de órganos.

En septiembre de 1992 tuvo lugar el Primer Simposio Internacional de Muerte Encefálica, esto favoreció la creación de una comisión nacional para el diagnóstico de la misma, la cual desarrolló un amplio trabajo y trazó los "Lineamientos para el diagnóstico de la muerte encefálica", este método operativo comprende la realización por parte del especialista de exámenes clínicos y neurológicos, con la utilización o no de pruebas confirmatorias para definir la existencia o no de funciones integrales en el encéfalo, lo novedoso en este sentido estaba en la utilización de una batería e pruebas neurofisiológicas que prometen un diagnóstico precoz y el mayor aprovechamiento de órganos y tejidos para salvar vidas a otros enfermos; los resultados fueron satisfactorios.

El profesor Calixto Machado (Especialista de II grado en Neurofisiología Clínica y Doctor en Ciencias medicas) es quien ha tenido el mérito de todos los logros obtenidos y pionero en cuanto a la definición de los criterios de muerte en nuestro país, obtuvo en el año 1996 el Premio Nacional de salud Pública, precisamente con su trabajo "Una nueva definición de la muerte humana"; en la que confirma que la ausencia irreversible de conciencia es la que define la muerte del ser humano.

Para reflexionar acerca de la muerte desde el punto de vista ético-filosófico, además de tener en cuenta los criterios clínicos anteriores tenemos que precisar que el ser humano por su esencia social, su lugar en el contexto de las relaciones sociales y por ser el sujeto de la actividad que permite su propia existencia puede considerarse muerto cuando pierde (por la causa que sea), su actividad racional, es decir, deja de ser un ente social activo, sin autoconciencia.

En este sentido podemos diferenciar a los pacientes o enfermos que se encuentran por una u otra razón cerca de la muerte y para los cuales existen las siguientes denominaciones:

Paciente o enfermo terminal:

Indica la cercanía de la muerte inevitable aunque la enfermedad por su naturaleza pueda ser curable, con un estado clínico que provoque expectativa de muerte a corto plazo (este plazo varía según países e instituciones).

Paciente crítico:

(Accidente, no necesariamente enfermo).

Paciente en estado vegetativo:

"Persistente o permanente" ó "síndrome apalico" (no necesariamente tiene que estar en estado terminal).

¿Cómo enfrentarse a cualquiera de estos enfermos cercanos a la muerte?

¿Cómo propiciar una buena muerte o muerte digna?

La sociedad no esta hoy preparada para asumir la muerte desde cualquier punto de vista, filosófico, religioso, clínico... por tanto necesitamos crear un nuevo paradigma no sólo para el moribundo, sino también para el médico que lo asiste; podemos preguntarnos si se siente el médico preparado para enfrentar la responsabilidad que le atañe ante la muerte, sabe desempeñarse ética y humanamente ante el moribundo, científicamente su actuación casi siempre es correcta pero desde el punto de vista ético como actuar dignamente.

Recomendaciones para una actuación ética del profesional ante el moribundo:

Algunos de los aspectos señalados anteriormente son necesarios en la atención a enfermos terminales, conformando lo que se denomina "Medicina Paliativa" (calmar sin resolver), como nueva disciplina médica cuya esencia esta dada en aliviar la enfermedad.

"Morir bien" no es una preocupación que ha surgido en nuestros tiempos, sino que es tan vieja como la propia existencia de los hombres, sin embargo en la actualidad se plantea que se muere "peor", que hay que recuperar la calidad humana para la muerte, punto prioritario para el humanismo en nuestros días.

Hoy el concepto de "buena muerte" responde a la aplicación sin medidas de la tecnología de punta al paciente moribundo, que ya no es responsable (ensañamiento terapéutico o distancia) la buena muerte como podemos apreciar proviene de la participación y autonomía del paciente y de su capacidad de poder elegir opciones aún cuando se encuentra en la etapa final de su vida.

¿Bajo que circunstancias se muere con dignidad?

¿Podemos lograr en nuestro país que la muerte como fenómeno social se convierta en algo digno?

Los enfermos en estadios terminales deben aprender a morir con dignidad ayudados por su médico debe conocer no sólo su desempeño en las cuestiones biológicas de la enfermedad sino también tomar en consideración los sentimientos de ese paciente y sus familiares, esto significa que no únicamente debe preocuparse por la situación morbosa y conocer la evolución del moribundo, sino también las características psicológicas de su personalidad, valores morales, se incluye también la edad, nivel cultural, estado de la conciencia; todo esto permitirá al médico un mejor manejo del paciente y de sus seres queridos y allegados. Nuestro Sistema nacional de Salud crea las condiciones idóneas para que muchos de nuestros enfermos terminales "mueran con dignidad", a través del sistema de médicos de la familia, pero para ello tenemos que lograr cultura sobre la muerte en nuestra población y en nuestros profesionales, estos últimos responsables de este encargo social.

Lo primero que el médico debe saber y concienciar, especialmente el médico de la familia es si su paciente sufre de una enfermedad en estadio terminal para poder actuar correcta y responsablemente en el presente y en el futuro, de acuerdo a las expectativas de vida, en nuestro país es aplicable a algunas enfermedades con cánceres diseminados, cirrosis hepáticas, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, los accidentes cerebro vasculares, el SIDA, daños vasculares sistémicos, sin negar la hospitalización en momentos determinados como medida diagnóstica o terapéutica incluso en las Clínicas del Dolor.

BIBLIOGRAFÍA

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  7. Flor de Paz: "Entregan premio nacional de salud". Periódico Juventud Rebelde. Domingo 11 Febrero 1996 p. 2.
  8. Revista Cubana de Medicina 30(3); Septiembre-Diciembre 1991.
  9. Revista Cubana de Medicina 31(3); Septiembre-Diciembre 1992.

Idelisa Castro Bermúdez. Departamento de Filosofía y Salud. Facultad de Ciencias Médicas de Holguín. Ave Lenin No. 4. Holguín, Cuba. 80100. Email: julio@cristal.hlg.sld.cu

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