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Correo Científico Médico de Holguín 2008;12(3)

Trabajo de revisión

 

Facultad de Ciencias Médicas  “Mariana Grajales Coello”. Holguín.

   

Consideraciones sobre los paradigmas y el pensamiento del Che sobre la medicina.

Considerations on   Che´s Thought and Paradigms Related with  Medicine. Holguín, 2007.

 

Arnulfo Nápoles Laurencio.

Lic. En Filosofía Marxista Leninista. Profesor Instructor. Dpto. de Filosofía. FCM “Mariana Grajales Coello”. Holguín.

RESUMEN

 

En este artículo de revisión se reflexionó sobre la necesidad de lograr un enfoque integral en la atención de la salud, sobre la base de los paradigmas médicos que entorpecen o favorecen uno u otro enfoque, para lo cual se consultaron varias bibliografías acerca del tema, tomando como punto de partida el pensamiento del Che en su intervención en 1960 sobre el médico revolucionario. Nuestro país  ha trabajado y  trabaja por una medicina preventiva, primaria, comunitaria, se han dado pasos muy positivos, pero todavía hay aspectos que obstaculizan dicha meta para llevarla a feliz término, condicionado por el predominio, tanto en los profesionales de la salud como en la población en general de un paradigma biologicista, que va dirigido a una práctica médica individualista curativa y hospitalaria, que limita la aplicación de la concepción  médica preventiva. Esta limitante tiene su fundamento en la concepción filosófica positivista, que prestigia mucho el conocimiento y desconoce o minimiza los valores, al subvalorarse el papel de las ciencias sociales en el sistema de las ciencias médicas lo que no garantiza así un enfoque integral  de la atención de la salud, así como  la calidad y los niveles de satisfacción de la población en los servicios médicos. Hace falta una medicina social que garantice la protección de las personas, con un enfoque profundamente solidario, preventivo y humano, respondiendo así a uno de los  derechos básico de la población, que es la preservación de su salud.     

 

Palabras clave: paradigma, paradigma,  biopsicosocial, paradigma médico social, servicios  de salud integral.

 

ABSTRACT

 

This review article was aimed at knowing the importance of the integral health care application, especially related with Che`s thought on the revolutionary physician . In Cuba, health care professionals have been working hard to apply preventive health care at different areas and successful results have been obtained, but there are still obstacles which are supported by biologist paradigm that do not permit  its application .This paradigm is based on  positivist philosophical conception with a  knowledge emphasis, denying  the moral values as well as  social sciences role  in  medical science system, which is very important as an integral approach in primary health care .

 

Key words: paradigm,  biopsychosocial  paradigm, social- medical paradigm, comprehensive medical   care.

 

INTRODUCCIÓN

 

Con el triunfo de  la revolución se aplica la concepción del sistema nacional de salud  para garantizarla a toda la población y la medicina rural es la que da inicio a la atención preventiva, así con la Policlínica Integral en 1964 se amplia la aplicación de la medicina comunitaria, que continuó en 1984 con la creación  del médico de la  familia.

 

A pesar de los avances logrados en el campo de la salud, los esfuerzos realizados para que predomine el enfoque social en la atención de la salud, todavía sigue predominando el biologicismo, donde, en el diagnóstico, se encasilla al paciente en una determinada entidad nosológica sin tener en cuenta el análisis de los factores sociales, y si se toman en cuenta es sólo como algo complementario, no integrado, predominando una práctica individualista curativa  y hospitalaria que limita la aplicación de la concepción de la medicina preventiva.

 

Ya a inicio de la revolución se encuentra  en el Che una previsión certera de cual debe ser el camino a seguir para lograr una atención médica integral de la salud que tiene como protagonista fundamental al pueblo, estableciendo la necesidad de realizar transformaciones no solo en la actividad médica, sino también en las formas de pensar de los profesionales de la salud, lo cual queda claro en su discurso el  19 de agosto de 1960, donde hace una valoración del  médico revolucionario.

Este artículo tiene como objetivo básico reflexionar sobre la necesidad de lograr un enfoque integral de la atención de la salud, sobre la base del análisis de los paradigmas en la medicina, teniendo  en cuenta el proceso  creciente de socialización de la salud que caracterizará el presente siglo, expresado en el desplazamiento progresivo del protagonismo en salud de los hospitales, hacia el sistema de atención primaria y desde éste y por su medio al individuo, la comunidad y a la sociedad en su conjunto, lo cual elevaría la calidad de la atención médica y los niveles de satisfacción de la población  con ésta, haciéndola más científica y humanitaria.  

  

DESARROLLO

 

T Khun fue el primero en exponer su criterio sobre paradigma científico a partir del análisis de los logros científicos que establece la legitimidad de los problemas y de los métodos para abordarlos y con ello el marco de acción de toda una generación de investigadores, los cuales tienen la capacidad de atraer a toda una comunidad y distraerla de otras opciones para ejercer la actividad científica y por su capacidad de  generar problemas que definen todo el quehacer científico futuro.

El paradigma se presenta como conjunto de elementos de entendimiento común, que identifica un repertorio de problemas que establecen las pautas para dicha identificación y los criterios de aceptación de sus soluciones; se caracteriza como toda la constelación de creencias, valores, técnicas.... que comparten los miembros de una comunidad científica, que les proporciona un determinado modo de ver el mundo, determinados patrones conceptuales a partir de los cuales investigan la realidad bajo determinado contexto sociocultural. Constituye una síntesis a nivel de conciencia científica, la cual garantiza la necesaria coherencia e integridad, adecuación y poder resolutivo de la actividad profesional en sus diversas esferas y que le sirve de orientación en su actividad.

 

Es necesario señalar que la epistemología moderna  ha emprendido con éxito un análisis crítico de estas concepciones de Kuhn, en relación con los elementos irracionalistas y relativistas de su concepción de la ciencia, valorando el papel de los paradigmas en el desarrollo del pensamiento creador, de forma positiva al facilitar la consolidación o reafirmación del nuevo conocimiento o sirviendo de freno al no concebir espacio para todo aquello que no se ajuste a la concepción ya establecido (su papel conservador), aspecto sobre el cual reflexionamos en este artículo, teniendo en cuenta la realidad de la práctica médica en nuestro país, que a pesar de toda la dedicación a esta labor, se desarrollan actitudes que obstaculizan la atención integral en los servicios de salud y elevar el grado de satisfacción de la población en esta esfera tan sensible, pues la medicina curativa se impone sobre la preventiva.   

 

Hablar de paradigma en ciencias médicas hoy, es reflexionar sobre dos enfoques: uno biologicista, que prestigia en demasía el conocimiento y desconoce o minimiza los valores,   prestando más atención al “hacer“ profesional que al “ser” profesional, haciendo los esfuerzos fundamentales en preparar el estudiantes en el “cómo hacer”, con una orientación positivista donde predomina una práctica individualista y hospitalaria, se enfatiza en la enfermedad, se estimula a estudiar  especialidades que fragmentan cada vez más al cuerpo humano sin que se alcance la visión integral del organismo, fragmentándose también la responsabilidad ante el paciente y el otro enfoque que es el médico social donde se prestigia la actitud de los profesionales hacia los pacientes, sus valores y lo más importante es el “ser” profesional.

 

A pesar que las ciencias sociales aportan propuestas suficientemente avaladas en el plano científico, éstas no son universalmente aceptadas  por gran parte de la comunidad científica médica, donde lo social es subvalorado y en ocasiones  calificado de no científico debido a la concepción positivista predominante en la medicina para el cual lo importante, lo verdaderamente científico son los datos biomédicos, no así lo valorativo, determinar la enfermedad es lo importante y así  emplear la terapéutica “adecuada”, que a pesar de los éxitos alcanzados no siempre satisface, al no tener en cuenta el enfoque integral  del paciente.

 

Se le orientan exámenes complementarios que aunque son posibles, no siempre son necesarios, sin percatarse de los daños que generan, ya que el examen médico no se realiza integralmente, pues no se conversa suficientemente con el paciente, no se oyen sus criterios; los daños iatrogénicos son muy comunes, contra los cuales el paciente no está protegido, por lo que se hace necesario romper con la compresión metafísica acerca del  hombre y poner en crisis el ideal médico curativo, centrado en el individuo y afianzar la investigación  y la práctica médica con orientación hacia la participación social, integrando cada vez más a las ciencias sociales en el análisis del proceso salud- enfermedad.

 

La extensión del  paradigma médico social se ha visto obstaculizado por diversos factores, pues ante dificultades que parecen insalvables, recurren a posiciones reconciliadoras, de compromiso, válida en política, pero ajena a la ciencia. Así el reconocimiento de la esencia social del hombre se acompaña en oportunidades de reflexiones acerca de su naturaleza biosocial, sin previa delimitación de los contenidos de ambas categorías y su correlación, lo cual  ha conducido a que se analice al hombre como un ser biopsicosocial, con una orientación de corte estructural-funcionalista, constituyendo una renuncia tácita al tratamiento científico de este problema, expresada en la negativa implícita de la determinación de esencia  consustanciales  con la ciencia, pues el hombre es tal no a partir de su psique o su biología, sino a partir de su actividad, de sus relaciones sociales, que no es solo lo que lo identifica, sino lo que lo diferencia de los  demás seres vivos. Lo social se admite como complemento del conocimiento biomédico y no  como integración  que permita a las ciencias médicas un servicio más humano e integral de la salud.

 

Fue el Che uno de los primeros en el país en exponer los pilares básicos  que pusieron en valía el nuevo paradigma en formación, el cual  abrió  un nuevo sendero en nuestra medicina y ya en 1960   fue capaz de prever cual era el reto de la medicina en el futuro, la cual debía romper con el enfoque biologicista y así lo expresó: “Y la medicina tendrá que convertirse un día... en una ciencia que sirva para prevenir las enfermedades, que sirva para orientar a todo  el público hacia sus deberes médicos, y  que solamente deba intervenir en los casos de urgencia, para realizar alguna intervención quirúrgica, o algo que se escape a las características de esa nueva sociedad que estamos creando (1)

 

Se enfatiza en el carácter preventivo, promocional y rehabilitador de la medicina, donde lo social es el fundamento de dicha actividad, vinculando el quehacer médico a los valores del profesional, a la enseñanza, a la entrega y unidad con y para el pueblo y critica el error de las concepciones que al respecto se tienen, al plantear:

 

“El trabajo que está encomendado hoy al Ministerio de la Salubridad, a todos los  organismos de ese tipo, es el organizar la salud pública de tal manera, que sirva para dar asistencia al mayor número posible de personas, y sirva para prevenir todo lo previsible en cuanto a enfermedades, y orientar pueblo(1, 2)

 

Más adelante reafirma el vínculo estrecho que debe  tener el profesional de la salud con el pueblo,  valorando que el médico no sólo debe llevar sus conocimientos al pueblo, si no aprender de él, investigar con espíritu humano sus problemas para buscar soluciones, sentando las pautas de la labor del organismo de la salud, dejando claro sus ideas sobre la medicina social que tiene como protagonista fundamental al pueblo. Y señala:

 

“Muchas veces nos daremos cuenta de lo equivocados que estábamos en conceptos, que de tan sabios, eran parte nuestra y automáticamente de nuestros conocimientos. Muchas veces debemos cambiar todos nuestros conceptos, no solamente los conceptos generales,  los conceptos sociales o filosóficos, si no también, a veces, los conceptos médicos. Y veremos entonces que no siempre las enfermedades se tratan como se trata una enfermedad en un hospital, en una gran ciudad; veremos entonces como el médico tiene que ser agricultor, y como aprender a sembrar nuevos alimentos, y a sembrar con su ejemplo, el afán de consumir nuevos alimentos, de diversificar esta estructura alimenticia cubana, tan pequeña, en unos de los países potencialmente también más rico de la tierra en la agricultura; veremos entonces como tendremos que ser, en esas circunstancias, un poco pedagogos, a veces mucho pedagogos como tendremos que ser políticos también; como lo primero que tendremos que hacer es no ir a brindar nuestra sabiduría, sino  ir a demostrar que vamos a aprender con el pueblo, que vamos a realizar esa gran y bella experiencia común, que es construir una nueva Cuba” (1)(3)

 

Al hacer una reflexión de los paradigmas, todavía el enfoque biologicista predomina, el cual limita su incidencia real en la solución en los problemas de salud y genera determinado grado de insatisfacción de los pacientes en relación con la gestión médica, pues el sujeto de la salud no conversa suficientemente con el paciente, no siempre oye sus problemas, no lo atiende integralmente y crece el temor al proceso de deshumanización presente en estos servicios.

 

Es por eso que lo más importante en los momentos actuales no es tanto la elevación del nivel técnico en el profesional, sino el fomento de nuevas actitudes, la modificación de su modo de ser profesional, caracterizado por una irrenunciable vocación de servicio, donde ciencia y humanismo converjan cada vez más por el amor al ser humano; el Che enfatizó en este aspecto, pero todavía hay un largo trecho que recorrer para que el paradigma social sea asimilado ya que depende de la actividad de determinadas personalidades con prestigio, así como de instituciones que sirvan de modelo inspirador para la actividad de otros y se pueda fijar en la  conciencia tanto de la población como de los profesionales.

 

No obstante podemos afirmar que entre los profesionales de la salud hay un número cada vez más creciente que invocan la orientación de las ciencias de la salud por un nuevo paradigma más expresivo, “que comprenda al ser humano en lo social, en lo psicológico, en lo antropológico, en lo humano, en lo político, en lo cultural y no sólo en lo biológico, que comprenden al hombre en su integralidad, que abarca más lo colectivo que lo individual, que se ocupan más de la salud que de la enfermedad, que su labor fundamental es más prevenir, promover  y  rehabilitar que curar,  que es  más importante transformar la salud  que  explicarla (1, 4)  Estos  son  elementos que hacen necesaria la integración cada vez más de las ciencias sociales a las ciencias médicas.

 

La aprehensión por parte de los profesionales de la salud del pensamiento del Che, en los momentos actuales, será fundamental en la definitiva sustitución del paradigma biologicista por el médico social, como repuesta lógica a las necesidades sociales y en particular en la salud. La asunción consciente de lo social por las ciencias médicas y su penetración cada vez más profunda en éstas, posibilitará el tránsito de ella a un escalón superior de su desarrollo: el de conciencia médica, vertiente especializada de la conciencia preventiva, que ocupará un destacado lugar en la estructura de la conciencia social de las sociedades futuras, determinado por el papel que a ésta le corresponderá en el proceso de humanización progresiva del sistema de relaciones sociales, donde las ciencias médicas deberán recorrer el camino que le permitan liderar el proceso creciente de socialización de la salud que ya caracteriza el inicio de este siglo. Así, ir desplazando progresivamente el protagonismo en salud de los hospitales hacia el sistema de atención primaria y por éste y por sus medios al individuo, a la comunidad y a la sociedad en su conjunto, alcanzado su plena madurez, con una genuina cientificidad y auténtico humanismo que dimanan de los  enfoques integrales de la salud como garantía para satisfacer dichas necesidades.

El pensamiento del Che va ocupando un espacio cada vez mayor en el proceso de humanización progresiva  del sistema de salud en Cuba, que no solo abarca el país si no todo el planeta donde laboran nuestros galenos, haciéndose realidad esa frase de Martí “Patria es Humanidad”.

 

CONCLUSIONES

 

A pesar de los logros de nuestro Sistema de Salud en la medicina preventiva, comunitaria, todavía sigue teniendo mucho peso la medicina curativa con un enfoque individualista curativo y hospitalario.

Los paradigmas en la ciencia desempeñan un papel distintivo y aglutinador, alrededor del cual una determinada comunidad científica orienta su actividad, pero también se convierte en un medio de freno, pues todo lo que se produzca fuera de esos parámetros  se enfrenta  a una serie de obstáculos, que en ocasiones  es rechazado, serrando el paso a nuevos conocimientos.

En Ciencias Médicas el paradigma médico social que se está abriendo paso todavía recibe una resistencia muy fuerte, pues el papel de las Ciencias Sociales en la explicación científica del proceso salud-enfermedad, no es universalmente aceptado por la comunidad de profesional y en ocasiones solo se admite desde una posición estructural-funcionalista y no a partir de esencias, que es con lo que trabaja la ciencia.

La concepción médico social, valorada por el Che en el año 1960 como el futuro de la medicina cubana se abre camino y cada día es mayor su reconocimiento por los profesionales de la salud, como instrumento fundamental para el logro de un servicio de salud integral, objetivo supremo del Sistema Nacional de Salud Cubano: máximo de calidad  con el máximo de satisfacción, pero todavía tiene por delante  muchos obstáculos que vencer.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Guevara, Ernesto. OE 1957-1967. (70-80) Editora Ciencias Sociales 1984 Colectivo de autores. Lecturas de Filosofía, Salud y Sociedad. La Habana. Editorial Ciencias Médicas 2000, XIV
  2. Polonio-Lorente A. y otros: Manual de Bioética. Ediciones Rialp. SA. Madid. Morin, Edgar, Antropología de la libertad. CNRS, Paris.
  3. Morin, Edgar. ONU para la E C C. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. .
  4. Franco S Ferreira. Las Ciencias Sociales en la formación del personal de salud. En Revista Educación Médica y Salud. 26(1) enero- marzo 1992:1

Correspondencia: Lic. Arnulfo Nápoles Laurencio. Calle Sierra Maestra 11A  /23 y General Feria. Reparto Zayas. Holguín. Correo electrónico: filos@cristal.hlg.sld.cu.

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