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Correo Científico Médico de Holguín 2005;9(4)

 

Trabajo de revisión


Departamento de Salud Pública. Facultad de Ciencias Médicas “Mariana Grajales Coello”.

 

¿Está preparado tu hijo para la entrada a la escuela?

 

Is your son ready to start school?

 

María Antonieta Rodríguez Arce1, Diana López Duarte2.

 

1 Psicóloga. Profesora de Psicología Médica. Profesora asistente. Facultad de Ciencias Médicas “Mariana Grajales Coello”.

2 Psicóloga. Profesora Instructora. Policlínico Docente Comunitario “Manuel Pili Fajardo”.

 

RESUMEN

 

Meses antes de que un niño vaya a comenzar su período escolar observamos gran preocupación de los padres por la preparación de cuestiones materiales para que a sus hijos no les falte el uniforme nuevo, la mochila, la bolsa de la merienda con sus utensilios, libretas, lápices, colores y otros objetos. Los aspectos anteriormente citados enriquecen esta preparación pero lo realmente importante está en que el nuevo escolar tenga un desarrollo adecuado desde el punto de vista biológico, psicológico y social, es decir,  no es externa sino interna, es él quien debe estar en condiciones adecuadas para asimilar este cambio importante y disfrutar del mismo. En realidad, se comienza a preparar un niño para esa nueva etapa y para la vida desde que nace y no, unos meses antes en que se trata de asegurar aquellas cosas que identifican a la escuela. Para resumir, un niño estará preparado para comenzar su vida escolar si sabe de acuerdo a su edad comunicarse, defenderse, ceder, decidir, repartir, jugar, atender, pensar, crear, dibujar, modelar, construir, memorizar, si es independiente, si puede asimilar un horario de vida estable, si no tiene costumbres inadecuadas que limiten su ajuste. De haber conducido una educación adecuada, su hijo se lo agradecerá y ustedes se sentirán tranquilos ante su aceptación y pleno ajuste a la escuela.

 

Palabras clave: niño / educación.

 

ABSTRACT

 

A few months before the child is ready to start his or her scholar period, we can see that the parents are very concerned about the materials things such as the new uniform, the school bag, the snack bag, notebooks, pencils and the like. The previous aspects are important and help for the preparation of children to start school, but what is really the most important aspect is that the new student should have and adequate development from the biological, psychological and social points of views, this means the preparation must be internal instead of external, the student is who should be in optimal conditions to assimilate this important change in his life and enjoy it. In fact we begin to prepare a child for this new step and for life since he is born and not a few months before in which we try to relate him with those stuff that identify school. Summarizing, a child will be prepared to start his scholar life if he can, according to his age communicate, defend himself, draw, model, build, memorize, if he is independent, if he can assimilate a stable life schedule, if he does not  have bad costumes that may limit his adaptation. If you have taught a correct education to your child, he or she will be grateful and you will feel relaxed and safe with his adaptation and acceptation to school.

 

Key word: child / education

 

DESARROLLO

 

¿Está preparado su hijo para la entrada a la escuela?

Meses antes de que un niño vaya a comenzar su período escolar observamos gran preocupación de los padres por la preparación de cuestiones materiales para que no le falte el uniforme nuevo, la mochila, la bolsa de la merienda con sus utensilios, libretas, lápices, colores y otros objetos.

Por supuesto, estos son atributos que indiscutiblemente incentivan al pequeño para esperar con agrado y gran expectativa su incursión en una nueva etapa de su vida. ¿Es realmente esto lo más importante? La mayoría de los padres cree que sí. Desgraciadamente, por desconocimiento en la mayoría de los casos preparar al niño para la entrada a la escuela significa asegurarle las condiciones externas fundamentales.

Otros padres se preocupan además, porque su hijo asista a una escuela con condiciones  como: ventilación, iluminación, suficiente espacio para las actividades docentes y no docentes, una maestra de experiencia y otras.

Existen padres que comienzan esta “preparación” con antelación enseñando a su pequeño a leer, escribir y contar. Este comportamiento es frecuente, sin embargo, se le está insistiendo en conocimientos para los cuales aún no está preparado y ello puede incidir en que posteriormente pierda interés en lo que reciba en el aula.

¿En qué consiste la preparación del niño para su entrada a la escuela?

Hay aspectos anteriormente citados que enriquecen esta preparación pero lo realmente importante está en que el nuevo escolar tenga un desarrollo adecuado desde el punto de vista biológico, psicológico y social, es decir,  no es externa sino interna, es él quien debe estar en condiciones adecuadas para asimilar este cambio importante y disfrutar del mismo.

En realidad, se comienza a preparar un niño para esa nueva etapa y para la vida desde que nace y no, unos meses antes en que se trata de asegurar aquellas cosas que identifican a la escuela.

Una de las cuestiones más importante que el niño debe tener es un horario de vida estable de acuerdo a las características de su edad que le permita satisfacer sus necesidades de forma adecuada y oportuna, propiciando un sano desarrollo físico, psicológico y social.

Los niños que han asistido al círculo infantil tienen este aspecto a su favor, sin embargo, como no todas las madres trabajan, no todos los niños han tenido esta posibilidad. Los niños que han llevado su etapa preescolar en sus hogares, generalmente, no han tenido un horario de vida estable que haya favorecido su sueño diurno y nocturno, sus comidas y sus actividades.

Comenzaré por abordar el sueño.

Cuando era feto y vivía en la placenta de la madre no tenía horario de vida, al nacer e incorporarse a un medio social debe comenzar un activo y largo proceso de socialización donde los adultos organizan su vida de acuerdo a las costumbres, tradiciones, normas y reglas en dependencia de la edad, parte de ello es el horario de vida.

De inicio, duerme y come con más frecuencia. En la medida que crece los horarios de sueño se van reduciendo en número y duración para aumentar el tiempo de actividades que necesita para su desarrollo integral. Los adultos deben ir ajustando los momentos del día de acuerdo a su edad e individualidad. Un niño que haya tenido una etapa preescolar organizada es más saludable y se ajusta más fácil a los cambios porque su organismo ha sido cuidado, especialmente, su sistema nervioso.

No basta con el cumplimiento de los horarios, también es preciso velar por cómo se llevan a cabo. Muchos padres duermen a sus hijos en sus brazos meciéndolos, otros, le ponen un tete y hasta he observado padres que les introducen el dedo en la boca para que se duerman rápido.

Vayamos por parte. ¿Puede la maestra dormir en brazos a todos los niños? ¿Esto es correcto aunque hipotéticamente pudiera ser? Primera dificultad. El niño no está acostumbrado a dormir siesta o si lo hace sus padres lo mecen.

¿Han pensado lo que es el uso de un tete por un niño que va a entrar a la escuela? Un tete es un instrumento que puede introducir en el organismo del niño múltiples microorganismos perjudiciales a la salud. Además, mientras lo usa lo priva de una participación activa en su medio, de apropiarse de experiencias importantes para su desarrollo, le deforma la posición adecuada de sus dientes. En fin, está acostumbrado al tete y no lo debe llevar a la escuela.

En el período de adaptación se permite que lo lleve y se va disminuyendo paulatinamente su uso, pero el sufre por ello. Puede agregársele a esto, que el pequeño se sienta avergonzado ante los demás niños y se favorecerá al aumento de la tensión con la aparición del conflicto: ¿Lo uso o no lo uso? Muchos niños optan por no querer ir a la escuela que puede representar la prohibición de conductas a las que está acostumbrado.

Antes de pasar a otro aspecto, deseo detenerme en los horarios de sueño. Hasta el momento me he referido a la siesta, pero el horario del sueño nocturno y su duración también lo debemos tener en cuenta.

Los niños deben dormir temprano porque necesitan más horas de sueño para recuperarse, porque las actividades nocturnas son más propias de los adultos como: ver programas televisivos de adultos, recibir visitas, tener conversaciones no propias para ellos y otras. Si el pequeño se duerme tarde no descansa suficientemente, al otro día no quiere levantarse y cuando lo hace se muestra irritable. Los infantes que no han asistido al círculo infantil con frecuencia se acuestan tarde y se levantan tarde. En estas condiciones no estará preparado para asimilar un horario estable de actividades. Por otra parte, el niño que se levanta tarde ha dejado de realizar actividades importantes para su desarrollo y el resto de los horarios se altera.

Para estar preparado para comenzar en la escuela debe dormir las horas necesarias para su edad, tener actividades pasivas antes de acostarse para que su sueño llegue rápido y tranquilo, dormir solo y si es posible en su cuarto.

Analicemos las comidas.

No todos los escolares tienen un horario para las comidas similar al de la escuela y lo peor, el manejo de las mismas es diferente. Desgraciadamente, muchos no comen solos y muchos más no aceptan todo tipo de alimentos y son sustituidos por golosinas o por comidas preferidas que siempre son las mismas y no le aportan los nutrientes necesarios. ¿Puede escoger en la escuela?¿Le darían los alimentos en el comedor del centro escolar? ¿Sería adecuado que los padres se los lleven de la casa? Esto podría ocurrir los primeros días en casos excepcionales. Claro, si estuviera bien preparado no habría que recurrir a ello y el ajuste a la escuela sería satisfactorio en este sentido.

En el hogar los niños deben tener un horario estable para las comidas, lo cual favorece a que su organismo reciba los nutrientes oportunamente y que esté preparado para desearlos y asimilarlos.

Antes de las comidas el pequeño debe realizar actividades de acuerdo a su edad y especialmente antes, debe realizar actividades pasivas, es decir, que no lo exciten mucho para propiciar el apetito. Por ejemplo: jugar con agua, dibujar, modelar, ver libros apropiados y otras. Asimismo, no debe antes de las comidas ingerir alimentos que le quiten el apetito y mucho menos, sustituir aquellos que han sido destinados para su alimentación, sobre todo golosinas.

Si los horarios coinciden debe comer con la familia para estimular la imitación. En la mesa se deben abordar temas de conversación agradables, no hacer referencia a sus gustos y rechazos en cuestiones culinarias, no prometer, regañar o pegar para que coma. La alimentación es una necesidad muy importante para el ser humano, sin ésta no se puede vivir, sin embargo, ante ella los padres generalmente muestran gran preocupación y es ahí donde comienza el manejo inadecuado de la misma. Entonces, el pequeño puede percibir que el comer es un problema del adulto y no de él, incluso, puede utilizar este momento del día para obtener ganancias secundarias.

Estar preparado para la escuela también significa desear comer, hacerlo con apetito, comer solo y disfrutar de todos los alimentos aunque tenga preferencia por algunos de acuerdo a su individualidad.

Otro aspecto de indiscutible importancia es que el pequeño tenga la posibilidad de jugar y hacerlo con otros niños.

El juego de roles es la actividad más importante de la etapa preescolar. Cuando digo “juego de roles” me estoy refiriendo a aquella actividad donde los niños realizan acciones y asumen papeles de los adultos y sustituyen objetos de manera imaginaria. Por supuesto, esto se debe llevar a cabo con otros niños donde cada uno asuma roles diferentes, se pongan de acuerdo para ello y para la distribución de los juguetes y objetos necesarios para el juego.

Con frecuencia observamos a preescolares “jugar” solos y muy limitados dentro de la casa. Veamos por dentro un hogar de un niño que no asiste a una institución infantil. Se levanta tarde, la madre o familiar que se encarga de cuidarlo lo deja dormir “para adelantar las tareas hogareñas”. Se levanta, desayuna muchas veces con los ruegos del adulto y/o con la ingestión de leche en un pomo que no tendrá en la escuela. A continuación, va de un lugar a otro aburrido sin saber qué hacer y entonces, además de no tener una actividad adecuada a su edad, comienzan los regaños: “no te subas ahí”, “no revuelques las camas”, “no toques eso”, “cuidado, que te vas a caer”. En fin, múltiples regaños que lejos de ayudarlo a organizarse, lo desorganizan, lo irritan y termina desobedeciendo a los adultos. Esto favorece a que el pequeño de convierta en un niño malcriado.

Un niño malcriado es un niño mal educado porque sus padres y otros familiares no han establecido adecuadamente pautas, normas, reglas de conducta y él hace lo que quiere, su comportamiento es desordenado. ¿Un niño así estará preparado para ajustarse a la escuela? Ya en otro artículo abordé las causas y manejos de la malcriadez.

El juego es muy importante porque jugando se les desarrolla el lenguaje ya que debe comunicarse con sus iguales, se les desarrolla la atención, la memoria, el pensamiento, la imaginación porque si no atienden, memorizan, piensan, crean, los expulsan del juego, es decir, los demás niños no desean estar con ellos.

Al jugar, los niños aprenden a defenderse, a esperar, a ceder, a repartir, a ponerse de acuerdo, a tomar decisiones con un carácter más social, comienzan a pensar más en los otros que en sí mismos y algo fundamental, aprenden a ser independientes.

Una vez más, los niños deben jugar con otros niños. Los padres deben ponerse de acuerdo con otros adultos para que se pueda lograr, teniendo en cuenta que sean de edades similares para que tengan intereses comunes.

Cuando el preescolar se levanta deben estar preparadas las condiciones para su juego y nunca hacerlo al revés como ejemplifiqué anteriormente.

Muchos adultos que han llevado a sus hijos a un círculo infantil consideran que ya esto basta para lograr que su hijo tenga un desarrollo integral adecuado y cuando llegan a la casa no lo dejan salir, relacionarse con sus iguales y lo sientan delante del televisor para que “se estén tranquilos”. No niego que la televisión juegue su papel, para eso nuestro estado ha trabajado asegurando una programación infantil con un carácter educativo. Lo que quiero decir es que ésta no puede ser la única alternativa y sobre todo, si es impuesta.

Los adultos deben concebir en su proyecto del día actividades para los niños y donde ellos también participen para favorecer la comunicación familiar. Es preciso, proponer actividades con otros pequeños por las tardes y los fines de semana. Se pueden llevar a parques o lugares que no ofrezcan peligro y dejarlos disfrutar con independencia, siempre cuidando que no les suceda algo desagradable pero sin que el niño de percate. Con frecuencia observamos que los padres llevan a los pequeños por ejemplo, a un parque y oímos constantemente frases como éstas: “ten cuidado con los zapatos”, “no te ensucies la ropa”, “no corras que te vas a caer”, “no te subas ahí” y hasta, “no prestes ese juguete que te lo van a romper”.

¿De esta manera preparamos a los niños para ser decididos, independientes, colectivistas, perseverantes? Lógicamente, no. ¿Puede adaptarse fácilmente a un cambio tan importante un niño que no sepa relacionarse con los demás?

Deben dedicar tiempo para escucharlos. Los niños tienen muchas cosas que decirnos. Ellos necesitan expresar sus ideas. Deben hacerles preguntas para estimularlos a pensar y expresarse, enseñarles a usar palabras para enfrentar la comunicación con otros niños. Cuando aprenden a solucionar situaciones se sienten más seguros y disminuyen comportamientos agresivos.

Cuando el pequeño les pida que le lea nuevamente su libro favorito no se molesten, háganlo, esto provoca que lo memoricen y favorece a la lectura.

Existen otras actividades que deben ir de la mano del juego de roles y que deben alternarse y sugerirse fundamentalmente cuando el preescolar está muy excitado, antes de las comidas y antes del sueño. Por supuesto, recalco, se pueden utilizar en cualquier momento, pero no abusarse de ellas para tenerlo tranquilo y controlado.

Estas son las llamadas actividades productivas: dibujo, modelado, construcción y aplicación. Ellas favorecen el desarrollo de la percepción, el control muscular y la atención. La realización de las mismas tienen una gran incidencia en las posteriores actividades escolares. No es difícil para los padres asegurar hojas de papel y lápices. El dibujo es la más favorecida, sin embargo, no ocurre así con las demás.

Veamos el modelado. Se puede modelar con plastilina y también con arena. Sí, claro,  para ello se deben preparar moldes que muchas veces venden de plástico, también pueden ser de madera u otras vasijas pequeñas. Se debe preparar la arena para que pueda ser manipulada por el niño lavándola y guardándola para cuando se vaya a usar. Se debe mojar para que tome la forma que se desee.

Veamos la construcción. Armar y desarmar son acciones de correlación importantes para el niño y para la vida. El adulto debe propiciar pedazos de madera en diferentes formas y colores para que el niño cree trenes, edificios, puentes y otras construcciones que haya observado en su medio o a través de la televisión y libros.

Veamos la aplicación. En esta actividad se combinan acciones como: dibujar, pegar, rasgar y cortar haciendo una creación de acuerdo a sus posibilidades. Esta actividad es propicia para lograr el incentivo del niño hacia tareas de carácter social que estimulan la formación de valores. Por ejemplo: una tarjeta para la mamá, el papá, otro familiar o amigo en fechas significativas, para demostrar cariño u otros objetivos similares.

Si su niño no las realiza, no lo está preparando para su entrada a la escuela.

Finalmente, detengámonos en el desarrollo del lenguaje, pero vamos a remontarnos a la etapa de la niñez temprana.

El niño debe comenzar su desarrollo del lenguaje en el primer año de vida donde emite los primeros sonidos, que se convierten en sílabas y después en palabras. Esta es una etapa donde se nutre de lenguaje pasivo, es decir, entiende pero no sabe nombrar. Es en la niñez temprana (de 1 año a 3 años aproximadamente) donde uno de los logros más importante es el dominio y perfeccionamiento del lenguaje. Es aquí donde está el período idóneo para este desarrollo y por lo tanto, se crean las bases para el futuro comunicador.

En la edad temprana ocurren dos fenómenos en este sentido que por desconocimiento de los padres son mal manejados. Fundamentalmente, en la primera mitad de esta etapa los niños para comunicarse inventan palabras, dicen el inicio, intermedio o final de éstas. Por ejemplo: mi hijo le decía al termómetro “minoto”, mi sobrina le decía al caballo “taotao”, a la leche “eche”, al zapato “papato”, a la mantequilla “quilla”.

Para muchos adultos esto es una gracia y se ríen al oírlo, incluso, lo entienden, se las repiten y hasta se las hacen repetir delante de una visita. Este lenguaje se llama técnicamente “lenguaje autónomo” porque es propio del niño, es creado por él para comunicarse con los demás y es una regularidad en el desarrollo del lenguaje. Si el adulto le habla correctamente, le rectifica con naturalidad y amabilidad diciendo sólo la palabra bien pronunciada, esta forma de hablar desaparecerá dando lugar a un lenguaje enriquecido. De no manejarse correctamente, se prolongará y el niño no aprovechará la etapa más importante para el desarrollo del lenguaje.

Otro fenómeno que puede retardar este desarrollo es cuando el niño reconoce los objetos y acciones creados por el hombre pero no los nombra, ha acumulado lenguaje pasivo y está pobre el activo. Una de las causas más comunes de este hecho es que los niños señalan lo que desean, los adultos los entienden y no tienen necesidad de hablar.

Ante esta situación los mayores con amabilidad deben decirle “no te entiendo, qué tú quieres”. Hay pequeños que se irritan ante esta conducta pero no se debe perder la ecuanimidad y se debe persistir en no comprenderlo para que necesite utilizar el lenguaje activo para comunicarse.

Por supuesto, la base del desarrollo del lenguaje de los infantes es la comunicación que se debe establecer con ellos desde el día que nace, él irá aprendiendo a escuchar y después a emitir los primeros sonidos. No perder ocasión de hablarles. Muchos padres me manifiestan que no tienen tiempo. ¿Han pensado realmente en esto?

Mientras lavamos, cocinamos o hacemos otras tareas podemos comunicarnos, hacerles preguntas para enriquecer sus conocimientos, su vocabulario y lo más importante, establecer una relación afectiva. De acuerdo a la edad podemos “jugar” a la búsqueda de objetos para que los conozca o sepa sus colores, se puede cantar, enseñar libros, láminas preparadas por los propios adultos. El juego con agua es agradable y relajante, puede lavar sus juguetes, sus zapatos o alguna ropa, poner objetos que flotan y otros que se hundan, siempre estarán aprendiendo. Pueden hacer pompas de jabón que tanto los entusiasma.

Sí, muchos padres pensarán “si se moja se enfermará” y otros si el niño es asmático pensarán “si se moja le dará asma”, lo peor es que hasta se lo dicen. Lo que puede dañarlos es mantenerse mojados. Este tipo de actividad preferentemente debe sugerirse antes del baño.

Vuelvo a insistir, muchos padres me expresan que no tienen tiempo, sin embargo, he observado con mucha frecuencia a los padres con sus hijos por la calle caminando y no establecen comunicación. ¡Qué mejor ocasión! En ese tiempo deben conversar con ellos, no recriminarlos porque han hecho algo mal, sino hacerles despertar el interés por la naturaleza, hacerles cuentos, preguntarles por sus impresiones acerca de hechos de la vida cotidiana, trabajar en los valores que deben apropiarse, en fin, comunicarse.

El desarrollo del lenguaje adecuado es imprescindible para comenzar su vida escolar para comunicarse con sus compañeros, con la maestra y otros trabajadores de la escuela. Es importante para aprender con más facilidad, para no sentirse limitado en expresar sus inquietudes y dudas.

Después de leer todas estas reflexiones deben preguntarse ¿Está mi hijo preparado para comenzar su vida escolar? ¿Qué aspectos no he tenido en cuenta? ¿Qué debo hacer? En resumen, un niño estará preparado para comenzar su vida escolar si sabe de acuerdo a su edad comunicarse, defenderse, ceder, decidir, repartir, jugar, atender, pensar, crear, dibujar, modelar, construir, memorizar, si es independiente, si puede asimilar un horario de vida estable, si no tiene costumbres inadecuadas que limiten su ajuste.

De haber conducido una educación adecuada, su hijo se lo agradecerá y ustedes se sentirán tranquilos ante su aceptación y pleno ajuste a la escuela.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

  1. Algún día su niño se irá en el bus rumbo a su primer día en la escuela. Cooperetive Extension. College of Agricultural Sciences. http://betterkidcare.psu.edu/ParentsCountSpanish/PCesp22Dec02.pdf.
  2. Cómo ayudar a su hijo de edad preescolar -- La serie de Ayudando a su niño. Instituciones que sirven a hispanos. http://www.ed.gov/espanol/parents/academic/preescolar/part_pg14.html
  3.  Aula verde, Consejería de Medio Ambiente.
  4. McEntire Nancy. Habilidades para entrar al kindergarten. CEEP. Popular Topics. http://ceep.crc.uiuc.edu/poptopics/k-entry-sp.html, 2001
  5. Salaverry Olga. El niño, la familia y la educación inicial. http://www.angelfire.com/pe/actualidadpsi/cei.html.

 

Correspondencia: Lic. María Antonieta Rodríguez Arce. Coliseo Edificio 1 apartamento 2 / Narciso López y Morales Lemus Holguín. Teléfono: 461819 Correo electrónico: marian@cristal.hlg.sld.cu

 

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