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Correo Científico Médico de Holguín 2010; 14(2)
Trabajo Original
Universidad de Ciencias
Médicas Mariana Grajales Coello de Holguín
Aspectos
epidemiológicos que influyen en la desnutrición proteico- energética en
pacientes del área de Petare
Energy
Protein Malnutrition Epidemiological Characteristics in Patients from Petare
Area
Juana María González Marrero 1,
Mildred Labrada García 2, Rubén Cruz Pérez 3, Xiomara
Cardona Cáceres 4
RESUMEN
Se realizó una investigación de tipo descriptiva, con el objetivo de
evaluar los factores predisponentes a la desnutrición proteica energética en 21 niños
(muestra) del área de Petare, durante
enero a diciembre de 2006; con
consentimiento informado, se aplicó un
cuestionario a las madres. Esta desnutrición se presentó con más frecuencia en
las niñas entre 0 y 4 años, con
madres de bajo nivel cultural. El tipo de desnutrición más frecuente fue el
marasmo asociada a antecedentes de desnutrición materna y deficientes hábitos
alimentarios; la totalidad de los pacientes tenían enfermedades asociadas,
destacándose las caries dentales y el parasitismo intestinal.
Palabras clave: desnutrición, hábitos alimentarios, enfermedades
asociadas
ABSTRACT
A descriptive
study, aimed at assessing the predisposing energy protein malnutrition factors
at Petare area from January to December 2006 was carried out. The sample
comprised 21 children with energy protein malnutrition, a questionnaire was
applied. The results showed that energy protein malnutrition was more frequent
in girls between 0-4 years whose mothers had low cultural level. Marasmus
malnutrition was the most frequent one associated to maternal malnutrition
history and deficient alimentary habit. Most of patients had associated
diseases such as dental caries and intestinal parasitism.
Key words: malnutrition, alimentary
habits, associated illnesses
INTRODUCCIÓN
Se define como desnutrición proteico energética (DPE) la deficiente utilización por las células del
organismo de los nutrientes esenciales, lo cual afecta en grado variable, el
crecimiento y el desarrollo; por su impacto desfavorable sobre la salud, debe
ser considerada como una afección biopsicosocial. En su
etiología se incluyen factores tales como:
·
biológicos y
dietéticos: desnutrición materna, poca capacidad gástrica del niño,
enfermedades infecciosas (TB, NIA, sida
y otras)
·
sociales y
económicos: pobreza, ignorancia, prácticas culturales y sociales
·
ambientales:
hacinamiento, desastres naturales y pérdida de alimentos
Los grupos más afectados son las embarazadas, ancianos y niños menores
de cinco años (predominan indígenas, pacientes de procedencia rural e hijos del
tercer embarazo).
En Latinoamérica existe un rango de prevalencia de un 12% y de los niños
en edad de cinco años del 36%, lo que representa 193 millones de desnutridos de
esta edad (1) debido al
marcado subdesarrollo, a la pobreza de las clases obrera y campesina, al
crecimiento de la periferia de las ciudades por emigración desde el campo y a
la importante disminución de la lactancia materna a niveles tan bajos como un
30% al tercer mes de vida.
Un análisis epidemiológico realizado en 53 países en vías de desarrollo,
indicó que el 56% de las muertes de niños de 6
a 59 meses de edad se debió a la desnutrición, potenciado por efectos en
enfermedades infecciosas; la desnutrición moderada representó el 83% de estas
muertes (1).
En el mundo existen cerca de 800 millones de personas con problemas de
desnutrición, la mayoría se encuentran en países vías de desarrollo; cerca del
30% proceden de la región sur y este de Asia, el 25% de África y el 8% de
Latinoamérica y el Caribe (2).
Para
Venezuela no queda exenta de estas cifras, sobre todo en los sectores
más desatendidos, en los cuales en los últimos años se implementó un nuevo
programa de atención primaria; por estas
condiciones objetivas y por la gran frecuencia con que se diagnostica esta
patología se realizó esta investigación.
MÉTODOS
Se realizó una investigación
descriptiva y longitudinal con el objetivo de determinar los aspectos
más importantes de la desnutrición proteica energética en la comunidad atendida
en
La muestra estuvo compuesta por
un total de 21 niños diagnosticados con desnutrición proteica energética (DPE);
un cuestionario se aplicó a sus progenitores; los datos se reflejaron
en tablas y gráficos.
Se consideró como:
El tipo de desnutrición se
clasificó según Wellcome (formas graves de malnutrición) que es ampliamente utilizada
(3).
|
Edemas |
|
Peso (porcentaje del estándar) |
Presente |
Ausente |
60-80% |
Kwashiorkor |
Marasmo |
<60% |
Combinada |
Marasmo Nutricional |
Fuente: encuesta
Se consideró al marasmo y marasmo nutricional como una sola
entidad a la que se denominó con el mismo nombre (marasmo) y se tuvo en cuenta
la ausencia de edemas.
RESULTADOS
El mayor número de niños
desnutridos se encontró en el grupo de edad de
La distribución de la edad y el sexo en los pacientes con desnutrición
(tabla I) se inclinó al predominio de edades tempranas y del sexo masculino con
13 pacientes (61,9%) sobre el grupo de las féminas con 8 niñas (38,1%).
Tabla I. Distribución de los
pacientes según edad y sexo
Edad |
Sexo |
|||
Masculino |
Femenino |
|||
No |
% |
No |
% |
|
De |
8 |
38,1 |
5 |
23,8 |
De |
3 |
14,3 |
2 |
9,5 |
De |
2 |
9,5 |
1 |
4,8 |
Total |
13 |
61,9 |
8 |
38,1 |
Fuentes: Historia Clínica
Según el análisis de la distribución de las madres del grupo estudio por
su nivel escolar (gráfico 2) predominaron aquellas que poseían un nivel
primario en un 66,7% y a medida que este aumentó, disminuyó el número de madres
pues en el nivel medio solo existió el 9,5% y en el nivel universitario
ninguna.
En la distribución de los pacientes del grupo estudio según sus hábitos
alimentarios y tipo de desnutrición (tabla II) se observó que el 85,7% (18
casos) tenían hábitos alimentarios incorrectos y solo el 14,3% (3 enfermos)
poseían alimentación adecuada; el marasmo
o desnutrición crónica fue el tipo de desnutrición predominante con el
57,2% (12 pacientes) del total de desnutridos: En todos los tipos de
desnutrición predominaron los hábitos alimentarios incorrectos; en el grupo de
desnutridos combinado el 100% no se alimentaba adecuadamente.
Tabla II: Distribución de pacientes según tipo
de desnutrición y hábitos alimentarios
Tipo de desnutrición |
Hábitos
alimentarios |
Total |
||||
Correctos |
Incorrectos |
|||||
|
No |
% |
No |
% |
No |
% |
Marasmo |
2 |
16,7 |
10 |
83,3 |
12 |
57,2 |
Kwashiorkor |
1 |
25 |
3 |
75 |
4 |
19 |
Combinada |
0 |
0 |
5 |
100 |
5 |
23,8 |
Total |
3 |
14,3 |
18 |
85,7 |
21 |
100 |
Fuentes: historia clínica
Según los antecedentes maternos y el tipo de desnutrición (gráfico
3) predominaron los niños que tenían
madres con desnutrición (con 13 pacientes) sobre los que no poseían este
antecedente (con 8 niños) y dentro de este
grupo predominó la línea del marasmo con 53,8% (7 enfermos) seguidos por
el tipo combinada y el Kwashiorkor con un 30,8% y 15,4%, respectivamente.
Dentro de los que no poseían antecedentes maternos de desnutrición se encontró
un 62,5% (5 niños) con marasmo; un 25% (dos
pacientes) y un 12,5%(un paciente) con Kwshiorkor y desnutrición combinada, respectivamente.
Tabla III. Distribución de los pacientes según
antecedentes de desnutrición materna y tipo
Tipo de desnutrición |
Antecedentes
maternos de desnutrición |
|||
Con
antecedentes |
Sin
antecedentes |
|||
No |
% |
No |
% |
|
Marasmo |
7 |
53,8 |
5 |
62,5 |
Kwashiorkor |
2 |
15,4 |
2 |
25 |
Combinada |
4 |
30,8 |
1 |
12,5 |
Total |
13 |
100 |
8 |
100 |
Fuentes: historia clínica
La distribución del grupo estudio según sus antecedentes patológicos
personales y la concomitancia de enfermedades (gráfico 3), reflejó que el 100%
de los pacientes presentaron caries dentales y parasitismo intestinal; le
siguieron en orden de frecuencia las infecciones respiratorias agudas a
repetición con un 76,2% y las diarreas prolongadas con un 38,1%.
DISCUSIÓN
En los niños menores de cuatro años es más frecuente
Con un crecimiento inversamente proporcional a la edad del número de
desnutridos en ambos sexos, los autores de este trabajo no consideraron que el
sexo constituyó un factor importante para la aparición de esta enfermedad y se
entendió la prevalencia del masculino por el predominio de nacimientos de este
genero en la población. Estos resultados coincidieron con los encontrados en la
bibliografía consultada donde se plantea un predominio del sexo masculino y de
edades tempranas. (5-7)
La educación se relaciona directamente con la salud, porque ayuda a
elegir estilos de vida más sanos y comprender mejor la relación entre el
comportamiento y la salud. A juicio de estos investigadores la educación es un
elemento crucial para el desarrollo de un estilo de vida saludable en todos los
sentidos, este criterio coincide con la totalidad de la bibliografía consultada
(8).
El hábito de alimentación saludable es de vital importancia para el
mantenimiento de un estado de salud adecuado, también es un elemento
fundamental en la prevención de diferentes patologías; la adecuada utilización de la lactancia
materna y la ablactación en edades tempranas van a contribuir con una adecuada
alimentación y por ende con la prevención de enfermedades.
La educación sanitaria adecuada de los tutores de los niños es
fundamental para lograr una alimentación balanceada y correcta ajustándose a
los requerimientos de cada edad, al este estudio realizarse en un grupo poblacional excluido y con baja
cultura sanitaria fue evidente que aparecieran enfermedades como esta, la cual
puede evitarse con simples medidas preventivas y educativas.
Velásquez Pérez plantea en su trabajo que la mayoría de los niños no
tuvo lactancia materna exclusiva. Es conocido que esta hasta los cuatro meses
representa un factor protector, por lo que el riesgo de desnutrirse es mayor para
los niños que no la reciben (8).
Amador García, al referirse a la
ablactación observa la alta proporción de casos que no tiene una ablactación
adecuada y es este un importante factor de riesgo. La introducción adecuada de los alimentos
hacia los cuatro meses de edad constituye un proceso crítico en el desarrollo
del niño (9). Coincidieron estos criterios con los referidos por
este estudio y con otros autores.
(10-12)
Los antecedentes maternos de desnutrición se relacionan en frecuencia
con la posterior aparición de esta enfermedad en la venidera generación. Llama
la atención el predominio de la desnutrición crónica y su asociación con los
antecedentes de desnutrición materna en estos niños, este hallazgo coincidió
con lo planteado por varios autores al hacer referencia a los antecedentes de
desnutrición materna como un factor de riesgo importante en la aparición de
esta enfermedad en los niños, así como su asociación frecuente con la línea del
marasmo (13,14).
Es frecuente encontrar en el paciente con
desnutrición proteico energética, las enfermedades que favorecen su aparición y la empeoran una vez que está
presente. Los procesos patológicos tales como: la caries dental y el
parasitismo intestinal interfieren en el proceso de alimentación y de digestión
del niño lo que trae como consecuencia la aparición de la desnutrición con gran
frecuencia; son varios los autores que hacen referencia a diferentes tipos de
enfermedades como factores de riesgo para la desnutrición, por la alta concomitancia de ambos procesos.
Autores como Miler y Chandra
plantean que las enfermedades diarreicas agudas son frecuentes en los
desnutridos y está demostrada la existencia de interacción entre desnutrición,
infección y disminución de la inmunidad (15,16), los resultados del presente estudio coincidieron
con estos autores (13,14).
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Correspondencia: Mildred Labrada García. Calle Victoria # 13 E/T
Prado y Colon. Holguín. Correo electrónico mgi@ucm.hlg.sld.cu