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Correo Científico Médico de Holguín 2007;11(1)

 

Editorial

 

El pensamiento económico desde un enfoque de la dirección por valores en Salud.

 

El tema de los valores cobra en la actualidad una importancia capital para los destinos del género humano, se trata de una relevancia no sólo teórica, sino, sobre todo, práctica. Se vive la paradójica situación de un mundo que dispone de altísimos niveles de desarrollo económico y tecnológico y sobre el cual se ciñen, sin embargo, los más amenazantes peligros, del  propio accionar humano.

 

El problema acerca de la naturaleza de los valores ha sido uno de los más debatidos en el último siglo de desarrollo del pensamiento filosófico universal. Diferentes respuestas, naturalista, subjetivista, objetivista, sociologista han intentado explicar, desde distintas perspectivas, este intrincado asunto.

 

Los desafíos para la gestión en el cambio de las  organizaciones a la luz del desarrollo de los   servicios de salud, han de acompañarse de un adecuado desempeño profesional de los directivos para asumir esta misión, que está determinada por una adecuada función de liderazgo legitimador del empleo de recursos (personas, tiempo y financiamiento) orientados a consolidar puntos fuertes y reforzar puntos débiles en las instituciones, mediante el desarrollo colectivo de valores que sustenten nuevas estructuras, nuevos procesos internos y nuevas políticas de las personas, puede llegar a producir nuevos y mejores  servicios.

 

Tanto en sentido social como individual, por sus modos de expresarse en los objetos valiosos, en la conciencia valorativa o en las normas y preceptos que rigen las instituciones sociales, los valores se ramifican y penetran las más diversas facetas de la vida humana y poseen su manifestación específica en la economía, en la moral, en el arte, en la política, en el mundo del derecho, de la religión, y como ingredientes inalienables de los procesos educativos.

 

La economía como ciencia nos sitúa en el terreno de los valores y los precios, de las relaciones sociales de producción, distribución, cambio y consumo [Marx; 1946]; mientras la ética nos conduce al mundo de los valores y principios. Aparentemente muy alejadas la una de la otra y, sin embargo, su cercanía está dada por algo más que la coincidencia en el vocablo de valores. Hay precios que no tienen valor. Carlos Marx ponía el ejemplo de la tierra en esa magistral sección del capital dedicada a la tierra y la renta del suelo. También puso los ejemplos del honor y la virtud, entre otros, cuando hablaba de la mercancía y del mercado  capitalista en la sección primera. Podía haberse referido al agua y el aire, los llamados bienes ¿públicos?, la vida de un hombre, una idea, en fin, el mercado capitalista puede ponerle un precio a todo, o casi todo. Aquí se está en el terreno de la economía. Sin embargo, hay valores que no tienen precio: la soberanía, la independencia, la dignidad, la libertad, el honor, la virtud, son valores sin precio. Ello  sitúa el terreno de la ética, o de una nueva economía.

 

La nueva economía, que valora los bienes y servicios tangibles e intangibles no sólo por el trabajo humano contenido en ellos, como postula la teoría del valor-trabajo; no sólo por su escasez, o por su utilidad como propugna la teoría la teoría marginalista. o  para decirlo de mejor manera, procura la utilidad de la virtud como apuntara Martí (en lenguaje de economía política marxista sería el valor de uso de la virtud), y considera que el trabajo humano a través de la historia, contenido en la defensa de ideas y valores es tan alto que no existe suficiente dinero en el mundo para ponerle un precio, con lo que volvemos aquí a la teoría del valor trabajo de Marx. en este caso sería un valor sin valor de cambio, sin precio. Por ejemplo. ¿Cuál puede ser el valor de una idea? el mercado publicitario guarda mucha experiencia en situarle un precio a las ideas. También el mercado de proyectos, o para decirlo más apropiadamente, en el proceso de evaluación económica de un proyecto hay experiencia acumulada en la valoración del conocimiento [Espinosa; 2000a]. Sin embargo, en el valor de una idea, de un principio, de un valor ético, ¿está contenido el trabajo pretérito contenido en ellos como resultado de una evolución histórica que puede ser centenaria, milenaria?

 

En las estrategias de desarrollo en Cuba, el pensamiento cubano, está guiado por un conjunto de valores y principios presentes en la historia de lucha y en las ideas de Fidel Castro Ruz. (2). Es considerado el recurso más valioso, el humano, con su conocimiento utilizado de forma amplia y eficaz.

 

La  economía de la salud como especialidad científica, precisa que la creciente escasez de recursos, también presente en la actividad de salud, ha determinado una atención diferenciada con el objetivo de elevar la eficiencia y la equidad en los servicios de salud. La toma de decisiones en este sector requiere de una adecuada información económica y de una gran comprensión de su importancia para el desarrollo y perfeccionamiento del mismo. Un desempeño responsable y humano durante los procesos, es una necesidad. Así, el reto de hoy no es sólo obtener "más dinero para la salud" sino también "más salud por el dinero".

 

Dra. Daisy Lorenzo Felipe, Dr. Marcial López Domínguez, Dr. Juan Manuel Vinardell Lorenzo, Dra. Marlene Cabrera Velázquez.

Hospital Pediátrico Universitário ”Octavio de la Concepción de la Pedraja” Holguín.

Correspondencia: dlorenzo@hpuh.hlg.sld.cu

 

 Bibliografía revisada.  

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