Presentación de caso
Servicio de Dermatología. Hospital Militar de Holguín Fermín Valdés Domínguez
Pitiriasis Rosada de Gilbert Atípica. A propósito de un caso.
Rosy Pitiriasis of Atypical Gilbert. Here we have a case.
Tamara Díaz Alcorta¹, Tomas Ávila Nieblas², Modesta Piedad Batallán Jerez³.
1 Especialista en Primer Grado en Dermatología. Hospital Militar Holguín Fermín Valdés Domínguez.
2 Especialista de Primer Grado en Medicina Interna. Hospital Militar Holguín Fermín Valdés Domínguez.
3 Especialista en Primer Grado en Dermatología. Categoría Docente Instructora. Hospital Clínico Quirúrgico de Holguín Lucia Iñiguez Landin.
RESUMEN
Se presentó un caso de un paciente de 17 años, de la raza blanca, del sexo masculino, que presentaba un cuadro eritematopapuloso diseminado, ligeramente pruriginoso de aproximadamente 10 días de evolución, afebril; con buen estado general y el cual se ingresó como una dermatitis de causa interna diseminada. Por la evolución del paciente se reconsidera el diagnóstico de una Pitiriasis Rosada de Gilbert Atípica en su forma clínica miliar ó puntiforme, corroborándose el mismo con el estudio histopatológico. Se trató con esteroides orales, obteniéndose resultados satisfactorios.
Palabras Claves: Pitiriasis Rosada de Gilbert
ABSTRACT
We presented a patient's of 17 years case, of the white race, of the masculine sex, that presented a square eritematopapuloso distributed, lightly pruriginoso of approximately 10 days of evolution, without fever; with good been a general and which internal distributed was entered like a dermatitis of cause. For the evolution of the patient the diagnosis of a Rosy Pitiriasis of Atypical Gilbert in their form is reconsidered clinical miliar or puntiforme, corroborating the same with the study histopatológical. It was with oral esteroides, obtaining satisfactory results.
Key words: Rosy Pitiriasis of Gilbert.
INTRODUCCIÓN
La Pitiriasis Rosada de Gilbert es una enfermedad aguda, leve, benigna y autolimitada, de causa desconocida, relativamente frecuente en todo el mundo, constituye del 1% al 2 % de las primeras visitas en consultas a Dermatología (1). Se caracteriza por lesiones maculares al principio discretas y papulosas de color salmón, de forma ovaladas, circulares, que luego tienden a confluir; cubiertas por una epidermis finamente arrugada en collarete a lo que siguen en días o semanas un brote de lesiones similares, pero de menor tamaño (2,3). Típicamente afecta el tronco y raíces de las extremidades y respeta cara, palmas y planta (4). Su característica más llamativa es la disposición de las lesiones en forma que su eje largo es paralelo a las líneas de la piel. Comienza con una placa única (placa heráldica) (5). Predomina en adolescentes y adultos jóvenes principalmente de 10 a 35 años (6), siendo el sexo femenino el más afectado en un 50 %, infrecuente en la primera infancia y en los ancianos (7). La mayor incidencia es durante los meses de invierno y primavera. Tiene varias formas clínicas como: pitiriasis con medallón, sin medallón, con medallones solo, miliar o puntiforme, eritematosa, vesiculosas, psoriasiforme, ortigada, hemorrágica, liquenoide y papulosa, entre otras (8). Sin provocar verdadera epidemia sugiere el papel de un posible agente infeccioso, inicialmente y debido a su semejanza con una dermatofitosis se relaciona con una infección fúngica; aunque el staphylococus albus, el estreptococo hemolítico, mycoplasma, las espiroquetas y diversos virus ( Picornavirus) , incluyendo el Epstein Barr, también han sido implicados. Se relacionan con el contacto con tejidos sucios, moho, ropa nueva sin usar. Periodo de transmisión de 1 – 2 semanas (9).
El objetivo de este trabajo es presentar un caso esporádico de Pitiriasis Rosada de Gilbert Atípica, en un paciente joven cuya manifestación clínica fue totalmente de un cuadro eritematopapuloso fino de aspecto hemorrágico y que se diagnosticó y trató en el Servicio de Dermatología del Hospital Militar de Holguín.
Presentación del Caso.
Paciente masculino de 17 años de edad, de la raza blanca, con antecedentes de buena salud, que ingresa en nuestro servicio por un cuadro de 10 días de evolución dado por lesiones eritomatopapulosa, ligeramente pruriginoso, estado general conservado, no asociado con alguna causa, no se acompañó de fiebre, ni procesos respiratorios, lesiones genitales, ni ingestión de medicamentos.
Examen Físico.
Los datos positivos al examen físico se encontraron solo a nivel de piel, caracterizados por lesiones eritopapulosas pequeñas, de aspecto hemorrágico en tronco anterior, posterior, cuello, miembros superiores, axilas y muslos. Respetando palmas, plantas y mucosas. A la semana de estar hospitalizado las lesiones de los muslos tomaron un aspecto diferente en forma anular a ± 2 y 9 cm, puntiformes, con un centro ligeramente escamoso, apenas apreciable donde apareció una placa más grande y el resto muy pequeñas fusionadas unas lesiones con otras, no se encontraron adenopatías.
Exámenes complementarios:
Hemograma completo, leucocitosis con desviación izquierda y en el conteo de plaquetas, macroplaquetas; Eritro, Glicemia, TGP, TGO, Cituria, US Abdominal, VDRL, Antígeno de superficie, lámina periférica, coagulograma; normales.
Biopsia de piel: Epidermis con poroqueratosis, acantosis ligera, espongiosis y pequeñas vesículas de contenido mononuclear.
Dermis: edema e infiltrado perivascular de linfocitos y neutrófilos. Apéndice interpapilar alargado.
DISCUSIÓN
A pesar que esta entidad es muy frecuente, la mayoría de los casos se presentan con su forma típica, dada por lesiones maculopapulosas ovaladas, bien delimitadas y un centro amarillento algo descamativo, encontrándose siempre el medallón madre. En este paciente no fue lo habitual, pues no se formaron placas y todas las lesiones eran pequeñas de ± 10cm con aspecto hemorrágico y puntiforme; solo con la evolución de los días aparecieron las lesiones que nos encaminaron al diagnóstico de la Pitiriasis Rosada de Gilbert y específicamente la forma miliar o puntiforme, a pesar que se plantea en adultos la evolución es menos típica que en jóvenes; más duradera y de distribución diferente, además del resultado de los exámenes complementarios y el estudio histopatológico.
Esta enfermedad generalmente confiere cierta inmunidad, pero se ha reportado recidiva, se cita en casos excepcionales dos o tres veces en la vida (7,10). Siempre hay que valorar el diagnóstico diferencial con otras patologías como trastornos cualitativos y cuantitativos plaquetarios, así como un secundarismo luético.
Luego del tratamiento con esteroides por vía oral y tópica desaparecieron las lesiones, sin dejar secuelas, a pesar que hay autores que plantean evitar el uso de éstos.
BIBLIOGRAFÍA
Correspondencia: Dra. Tamara Díaz Alcorta. Narciso Lopez No. 33 % Carretera de Gibara y Prado, Holguín. Correo Electrónico: promocion@mintur.hlg.cyt.cu