Índice Siguiente
Correo Científico Médico de Holguín 2011; 15(3)

 

Trabajo Original

 

Hospital General  Universitario Vladimir Ilich Lenin. Holguín

 

Caracterización de los pacientes ventilados por traumatismo craneoencefálico grave

 

Description of Patients with Severe Craniocephalic Trauma Treated by Mechanical Ventilation

 

Iván Pupo Pérez1, Mailidis Vicente Legrá2, Iraida Santos García3, Zenaida Hechavarría Rodríguez4, Madelin Morales Ramos5

 

1        Máster en Urgencias Médicas. Licenciatura en Enfermería.  Instructor. Hospital General  Universitario Vladimir Ilich Lenin. Holguín

2        Especialista de Primer Grado en Otorrinolaringología. Hospital General  Universitario Vladimir Ilich Lenin. Holguín

3        Licenciada  en Enfermería. Instructor. Hospital General  Universitario Vladimir Ilich Lenin. Holguín

4        Licenciada  en Enfermería. Instructor. Hospital General  Universitario Vladimir Ilich Lenin. Holguín

5        Licenciada  en Enfermería.  Asistente. Hospital General  Universitario Vladimir Ilich Lenin. Holguín

 

RESUMEN

 

Se realizó un estudio descriptivo prospectivo de una serie de casos en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General Universitario Vladimir Ilich Lenin de Holguín desde febrero de 2008 hasta noviembre  de 2009, con el objetivo de caracterizar la morbilidad y mortalidad de los pacientes ventilados por traumatismo  craneoencefálico grave. El universo incluyó a todos los pacientes ingresados en dicha sala por trauma craneoencefálico grave y la muestra estuvo conformada por 43 pacientes que sobrevivieron por más de 48 h y aceptaron participar en el estudio. Se relacionó la edad con el sexo y la escala de Glasgow al ingreso con el resultado al egreso. Se distribuyeron los pacientes según el tiempo de ventilación mecánica, la estadía en el servicio, las principales complicaciones y las causas del trauma. A cada variable se le determinó la frecuencia absoluta y relativa. Predominaron los pacientes del sexo masculino con 41 casos 99% y los del grupo de 55-65 años 24%. El valor de la escala de Glasgow al ingreso predominante fue de 3-8 puntos 90,6% y más de la mitad de los pacientes fallecieron 55,8%. El 53,2% se ventilaron más de siete días y el 83,7% tuvieron una estadía mayor de ocho. La complicación más frecuente fue el  síndrome de dificultad respiratoria aguda 46,5% y la principal causa de los traumas fueron los accidentes de tráfico en el 46,5%.

Palabras clave: traumatismos craneocerebrales, respiración artificial, cuidados críticos

 

ABSTRACT

 

A series of cases  descriptive and prospective research,   at  Intensive Care Unit from Vladimir Ilich Lenin Hospital (February 2008 - November 2009) was done, aimed at describing  the  morbidity and mortality in  patients with severe craniocephalic trauma and  treated by mechanical ventilation. The universe included all hospitalized patients and 43 of them represented the sample who survived for more than 48 hours and accepted to take part  of this study.  A relation between age and sex was established by using Glasgow scale taking into account hospital admission and departure. The patients were distributed depending on the time mechanical ventilation was given, service stay, main complications and the causes of trauma. Each variable was determined by the absolute and relative frequency. Male patients prevailed, 41 cases (99%) as well as  the ones  between  55-56 years old representing 24%. The predominance of Glasgow scale at  admission was of  3-8 points (90.1%). More than a half of patients died (55.8%), 53% of them received ventilation for more than 7 days and 83.7% stayed at the hospital for more than 8 days. The acute shortness of breath (46.5%)  was the most  frequent complication and   traffic accidents (46.5) represented the  main causes of the trauma.

Key words: craniocephalic trauma, artificial respiration, critical care

 

INTRODUCCIÓN

De las enfermedades neurológicas, el traumatismo craneoencefálico (TCE) constituye una de las causas más frecuentes de muerte y discapacidad a escala internacional. En la sociedad moderna la injuria cerebral traumática representa un importante problema de salud, tanto en los países industrializados como en los que se encuentran en vías de desarrollo. Se define como TCE a cualquier lesión física del contenido o continente craneal secundario a un intercambio brusco de energía mecánica, producido por accidentes de tráfico, laborales, caídas o agresiones, entre otras (1-3).

 

Los accidentes del tránsito, laborales, domésticos y las guerras continúan aumentando el número de casos en todo el mundo. A pesar del perfeccionamiento en la atención de emergencia de este tipo de enfermos, la creación de novedosos medios de diagnóstico y de monitorización, la introducción de nuevos fármacos y la especialización en la atención neurointensiva, esta afección se mantiene entre las de mayor índice de morbimortalidad de todos los tipos de traumatismos (4-6).

 

Son numerosas las personas que tras sobrevivir a un TCE grave requieren de tratamientos intensivos prolongados y, a menudo, quedan con graves secuelas que los incapacitan física o mentalmente. Aproximadamente  el 75% de los afectados reciben traumas leves, el 15% son clasificados como moderados y el 10% restante sufren traumas graves. Entre el 10-20% aproximadamente necesitan recibir atención médica en las unidades de atención a pacientes críticos por las complicaciones inherentes al proceso inicial.

 

La mortalidad en estos pacientes es alta a pesar de todos los avances científico-técnicos que se han instituido en estas salas  y varía entre  el 60 y 75%. Solo una minoría puede recuperarse completamente y sin secuelas (10). El daño cerebral se produce por el efecto del impacto o como consecuencia del desarrollo de complicaciones secundarias. La lesión por el impacto provoca contusiones y laceraciones a nivel cerebral con lesión axonal difusa en la sustancia blanca. Las alteraciones secundarias se instalan luego del impacto inicial, tales como hematomas intracraneales, edema cerebral e infecciones, entre otras y son sobre las que se puede actuar para evitar se agrave el cuadro inicial (11-12). Se considera que el 100% de los TCE graves requieren reanimación respiratoria y/o circulatoria, además de tratamiento clínico - quirúrgico intensivo, antiedema cerebral y de otras complicaciones intercurrentes (13). En los Estados Unidos  afecta, sobre todo, a los adultos jóvenes. Anualmente, 1.5 millones de habitantes sufren una  lesión cerebral traumática con  un costo de  atención que supera los 48 mil millones de dólares, con una morbilidad próxima a los 222 por millón de habitantes y una incidencia de 200 por 100 000 habitantes.

 

Cuba está entre los países más longevos de Latinoamérica. Los avances en la educación, la salud y la seguridad y asistencia social han permitido que el 15,6% de la población corresponda al grupo de mayores de 60 años. Paralelamente, el TCE es la principal causa de morbimortalidad neuroquirúrgica en el anciano en nuestro medio, con una incidencia del 62,35% y una mortalidad del 20%, que se eleva hasta al 95% en pacientes con TCE grave. El ritmo de crecimiento de la población y su distribución indican una gran expansión de la población geriátrica, y esto sugiere que el TCE en el anciano se convertirá en un significativo problema de salud en las próximas décadas y Cuba no escapará a este proceso (21-.22).

 

En centros con alto grado de tecnificación y entrenamiento en el manejo de estos enfermos se ha reducido la mortalidad hasta el 25-35%. La creación de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) han propiciado este descenso al brindar soporte ventilatorio, tratamiento enérgico de la hipertensión intracraneal y estudios diagnósticos avanzados (23,24). En más del 50% de los pacientes con TCE, la presión intracraneal se encuentra elevada, y estos aumentos no controlados son la principal causa de muerte en más del 80% de los casos. Además, la lesión primaria producida en los momentos iniciales del trauma puede ser exacerbada por diferentes mecanismos secundarios que pueden ser prevenidos, detectados precozmente y tratados intensivamente (25-29).

 

MÉTODOS

Se realizó un estudio descriptivo prospectivo de serie de casos  en pacientes ventilados con traumatismo craneoencefálico grave ingresados en la UCI del Hospital General Universitario Vladimir Ilich Lenin de Holguín en el periodo comprendido entre febrero de 2008  a noviembre de 2009, para caracterizar la morbimortalidad de los pacientes ventilados por TCE grave.

 

El universo estuvo integrado por todos los pacientes ventilados que ingresaron en la UCI de dicho hospital con el diagnóstico de TCE grave y la muestra quedó constituida por 43 pacientes que necesitaron apoyo ventilatorio durante el periodo de estudio, cuyo familiares estuvieron de acuerdo en participar en el estudio.

Criterios de exclusión: salieron de la investigación aquellos pacientes fallecidos antes de las 48 h.

 

RESULTADOS

De los pacientes ventilados (tabla I) predominó el sexo  masculino correspondiente al grupo de de edad 56-65 para un porcentaje de 24%.

Tabla I. Distribución de los pacientes ventilados según edad y sexo

 

Edad (años)

Sexo

Subtotal

 

 

Masculino

Femenino

  No.

%

No.               %

  No.

%

16-25

7

17

1

0,5

8

17,5

26-35

8

19,5

0

0

8

19,5

36-45

8

19,5

0

0

8

19,5

46-55

3

7

1

0,5

4

7,5

56-65

10

24

0

0

10

24

66 y más

5

12

0

0

5

12

Total

41

99

2

1

43

100

Fuente: historia clínica individual

 

Según la Escala de Glasgow (tabla II) resultaron fallecidos el mayor número de pacientes (55,8%).

 

Tabla II. Distribución de los pacientes según la Escala de Glasgow al ingreso y el resultado al egreso

Escala de Glasgow

Resultado al egreso

           Subtotal

 

 

 Vivos

 

Fallecidos

 

FA

FR

FA

FR

FA

FR

3-8

15

34,8

24

55,8

39

90,6

9-11

4

9,3

0

0

4

9,4

Total

19

44,2

55,8

55,8

43

100

Fuente: historia clínica individual

 

La mayoría de los pacientes se ventilaron más de 7 días  para un porcentaje de 53,8%  (tabla III).

 

Tabla III. Distribución de los pacientes según tiempo de ventilación

Tiempo de ventilación (días)

FA

FR

1-3

6

13,9

4-6

14

32,6

7 y más

23

53,5

Total

43

100

Fuente: historia clínica individual

 

La  estadía de los  pacientes en el servicio resultó mayor  de ocho días para el 83,7% (tabla IV).

 

Tabla IV.  Distribución de los pacientes según estadía en el servicio

Estadía (días)

FA

FR

2  - 4

0

0

5  - 7

7

16,3

8 y más

36

83,7

Total

43

100

Fuente: historia clínica individual

 

De las complicaciones  más frecuente en los pacientes (tabla V) el síndrome respiratorio agudo fue el de mayor incidencia con el  46,5%.

 

Tabla V. Distribución de los pacientes según complicaciones  más frecuentes

 

Hidroelectrolíticos

FA

FR

Deshidratación

6

13,9

Alteraciones en el balance hídrico

15

34,8

Respiratorias

 

 

Síndrome de dificultad respiratoria aguda

20

46,5

Infecciosas

 

 

Neumonía asociada a la ventilación mecánica

15

34,8

Shock séptico

5

11,6

Cardiovasculares

 

 

Arritmias

10

23,2

Hipotensión

7

16,2

Renales

 

 

Insuficiencia renal aguda

1

2,3

Cerebrales

 

 

Edema cerebral

7

16,2

Soma

 

 

Úlceras por presión

8

18,6

Fallo múltiple de órganos

4

 9,3

Fuente: historia clínica individual                n=4  

 

DISCUSIÓN

Se observó una mayor frecuencia  en  el sexo masculino; el grupo de edad más afectado fue el de 55 – 65 años.  Este predominio se debe a que, en nuestro país, casi todos los vehículos son conducidos por hombres y estos participan más en riñas callejeras, ingieren mayor cantidad de alcohol y otras sustancias que afectan la conciencia y  la capacidad de conducir, entre otras.

 

Mosquera Betancourt y colaboradores 42 en su estudio encuentran un predominio del sexo masculino y del grupo de 60 a 79 años. Chen Cl y colaboradores43-46 también reportan un predominio del sexo masculino coincidiendo con este estudio. En cambio, Núñez 47 y Holland 48 plantean una mayor incidencia en los menores de 45 años, lo cual no coincide con esta investigación. Flanagan y otros autores 49-51 demuestran que la edad avanzada es un factor de riesgo independiente en el incremento de la mortalidad y en la aparición de secuelas invalidantes como el estado vegetativo (tabla I).

 

Según la Escala de Glasgow el mayor número de pacientes resultaron fallecidos. Esto resultado se explicó por la presencia de una serie de factores que favorecen la aparición de complicaciones que agravan el pronóstico, ya sombrío por la injuria inicial del encéfalo como el estado de coma con necesidad  de ventilación mecánica, las úlceras por presión, la aspiración de contenido gástrico,  la lesión pulmonar inducida por la ventilación mecánica, entre otras.

García 52 Sales 53 y Prieto 54 plantean  que la mortalidad aumenta con la severidad del trauma y la edad, y que los rangos de mortalidad por TCE grave en adultos de 55 años y más oscilan  entre el 30 y el 80%. Reviejo y colaboradores 55 obtienen una mortalidad global de 48,9%. Turegano 56 en un estudio sobre la mortalidad evitable en pacientes con traumatismos graves, reporta una mortalidad global de 42,5% (tabla II).

 

Se observó  que la mayoría de los pacientes con TCE grave se ventilaron más de siete días. Namen 65 y Leyva Provance 66 reportan una duración media de la ventilación mecánica de 6 - 7  días.  Keenan  y colaboradores 67 plantean que el 70% se ventiló entre 7 y 15 días. Estos estudios coinciden con el nuestro (tabla III)

 

La mayoría de los pacientes permanecieron más de ocho días ingresados en el Servicio;  este resultado dependió fundamentalmente de la gravedad de las lesiones encefálicas y las complicaciones, por lo general infecciosas y respiratorias. González y colaboradores 68 encuentran que la mayor  estancia es de uno a cinco  días con 18 pacientes para el 69,2% seguido de cinco a diez días con cinco pacientes para el 19,2%. Masson F y      colaboradores 69  plantea en  un estudio en pacientes ingresados una media de 15 días (tabla IV).

 

El síndrome de dificultad respiratoria aguda fue el de mayor incidencia, seguido por  los trastornos hidroelectrolíticos y las neumonías asociadas a la ventilación mecánica. Oroco y colaboradores 70, consideran al Síndrome de dificultad respiratoria aguda como complicación  predominante en el 30%, debido a que los pacientes hacen mayor dependencia del ventilador a medida que disminuyen sus funciones vitales, coincidiendo con nuestra investigación. Thompson y colaboradores 51 plantean en su estudio que las infecciones respiratorias fueron las complicaciones más frecuentes en los pacientes estudiados. Liebeskind 71 plantea como complicaciones más frecuentes el fallo múltiple de órganos 30% y el deterioro isquémico tardío 25%. Estos resultados no coinciden con nuestro estudio    (tabla V).

 

CONCLUSIONES

-La mayor incidencia correspondió al sexo masculino y al grupo de 55 y 65 años.

-Hubo un predominio de los pacientes con Glasgow entre  3 y 8 puntos, más de la mitad fallecieron.

-La mayoría de estos casos se ventilaron por siete días y más.

-La  prevalencia de los pacientes tuvieron una estadía en el servicio de ocho días y más.

-La complicación más frecuente fue el síndrome de dificultad respiratoria aguda.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1        Hyder AA, Wunderlich CA, Povanachandra P. The impact of traumatic brain injuries:  a global perspective. Neurorehabil. 2007; 22(5): 341-53.

2        Geoffrey L, Scout A. Management of traumatic brain injury in the intensive care unit. Neurologic clinics. 2008; 26(2):409-26.

3        Maas AIR Marmarou A, Murray GD, Teasdale GM, Steyerberg EW. Prognosis and clinical trial design in traumatic brain injury: The Impact  study. J  Neurotrauma. 2007; 24:232-38.

4        Maas A, Stocchetti N, Bullock R. Moderate and severe traumatic brain injury in adults. Lancet Neurol. 2008; 7:728-41.

5        Vitaz TW. Management of head injuries. En: Rakel & Bope: Conn’s Current therapy. 60th edition. España: Editorial. Elsevier; 2008.p.335-8.

6        Varelas PN. Eastwood D, Yun Hil. Impact of a neurointensivist on outcome inpatients with head trauma treated in a neurosciencies intensive care unit. J Neurosurg. 2006; 104(5):713-9.

7        Toglioferri F, Compagnone C, Korsic M, Servodei F, Kraus J. A sistematyc review of brain injury epidemiology in Europe. Acta Nerochir Wien. 2006; 148:255-68.

8        Ortiz A. Traumatismo craneoencefálico: una puerta al día. Rev Med Cir. 2006; 17(3): 98 – 105.

9        Polinder S, Meerding WJ, Mulder S, Petridou E, Van Beek E. Eurocost Reference Group. Assessing the burden of injury in six European countries. Bull World Health Organ. 2007; 85:27-34.

10    Okie S. Traumatic brain injury in war zone. N Engl J Med. 2005; 352: 2043-47.Zoroya G. Scientists; brain injuries from war wourse than thought.USA today. Nov 5, 2007 [Internet]. 2008 [citado 12/06/07]. Disponible en:      http://www.usatoday.com/news/wor/d/iraq/2007-09-23-traumatic-brain-injuriesN.htm.

11    Armonda. RA, Bell RS, Vo AH.  Wartime traumatic cerebral vasospam: recent review of combat casualties. Neurosurgery. 2006; 59:1215-25.

12    Thompson HJ, McCormick WC, Kagan SH. Traumatic brain injury in older adults: epidemiology, outcomes and future implications. JAGS. 2006; 54  (10): 159-194.

13    .Bosman R J. Physical diagnosis the Glasgow Coma Scale for the measurement  of disturbances of consciousness. Ned tijdschr Geneeskd. 2004; 148 (23):1167-1168.

14    Pérez Reyes R. Caracterización del trauma craneoencefálico utilizando la  Escala de Glasgow en un servicio de cuidados intermedios quirúrgicos. Rev Cub Med Int Emerg. 2007; 6(3): 5-15.

15    Valera Hernández A, Pardo Camacho S, Mosguera Betancourt S. Algoritmo  del manejo del trauma craneoencefálico, una necesidad social en Cuba.Humanidades Médicas. 2006; 6 (17): 22-32.

16    Viamontes García ME. Mortalidad en pacientes con traumatismo craneoencefálico graves (Tesis). Holguín: Facultad de Ciencias Médicas; 2007.

17    Heegaard EG, Biras MH. Head. In: Marx JA, Hockberger RS, Walls RM; editors. Rosen´s Emergency Medicine: concepts and clinical practice. ST Louis: Mosby; 2006.p.286-314.

18    Strandgaard S, Paulson.OB. Cerebral. autorregulation. Stroke.1984; 15:413.

19    Owen AM, Coleman MR. Funcional neuroimaging of the vegetative state. Nat Rev Neurosci.2008; 9: 235-43.

20    Wartemberg KE, Mayer SA. Multimodal brain monitoring in the neurological intensive care unit: where does continous EEG fit in. J Clinic Neurophysiol. 2005; 22: 124-7.

21    Abdo Cuza A, Figueredo J, Castellanos R, Gómez F. Valor pronóstico del monitoreo de la hemodinamia y el metabolismo cerebral del paciente neurocrítico. Rev Cub Med Mil. 2008; 30(supl):20-24.

22    Taber KH, Warden DL, Hurley RA. Blast-related traumatic brain injury: what is known? J Neuropsychiatry Clin Neurosci. 2006; 18: 141-5.

23    Gardella JL, Pierves CY. Clasificación y tablas de puntuación. Scores. Tabulaciones aplicadas al trauma craneoencefálico. Neurocirugía [Internet].2006 jun [citada 2008 sept 18]; 23(1):[aprox 5 p.] Disponible en: http://www.aanc.org.ar.

24    Mosquera  G, Vega S, Valdebláquez. Traumatismo craneoencefálico en  el adulto mayor. AMC. Camaguey. 2008; 12(6):26-36.

25    Marris S, Ridley S, Lecky FE, Munro V, Christensen MC. Determinants of hospital cost associated with traumatic brain injury in England and Wales.Anaesthesia. 2008; 63(5):499-508.

26    MRC Crash Trial Collaborators. Predicting outcome after traumatic brain inury: practical pronostic models based on large cohort of internacional patients.BMJ. 2008;(336):425-9.

27    Hernández C, Casanova G, Rivera A, Flores N. Estudio de los traumatismos craneoencefálicos. Hospital Calixto García. [Internet] 2008 [citado 16/9/09]. [aprox. 2p]. Disponible en: http //www.neuro c 08. sld.cu/text /carmen.htm).

28    Núñez A, Morales C, León C, Small R. Impacto del protocolo de actuación Ante el trauma craneoencefálico grave. Rev Cub Med Int Emerg.2006;    5(4):20-30.

29    Holland MC, Makersie RC, Morabito D, Campell AR, Kivett UA, Patel R, et al. The development af acute lung injury is associated with worse neurologic outcome in patients with severe traumatic brain injury. J Trauma. 2006;55(1):106-11.

30    Flanagan S, Hibard M, Riordan BV, Gorden W. Traumatic brain injury in the elderly: diagnosis and treatment challenges. Clin Geriatr Med. 2006; 22:449-  68.

31    Ogungho B, Kumar V, Gregson B, Mendelow A. Mortality risk after head injury. J Am Coll Surg. 2007; 197(5):852-853.

32    Thompson H, Mc Cormick, W Kagan. Traumatic brain injury in older adults: epidemiology, outcomes and future implications. JAGSD. 2006; 54(10):1590- 93.

33    García RM. Estudio de la atención al traumatismo craneoencefálico de Adultos en unidades de cuidados intensivos de referencia para esta patología en Cataluña. [Tesis]. Barcelona: Universidad autónoma  de Barcelona; 2006.

34    Sales J, Botella C. Traumatismo craneoencefálico. Medicine [Internet] 2005[citado 22/10/09]: [aprox.1p]. Disponible en:http://www.emedicine.com/neuro/topic574.htm.

35    Prieto O. Gericuba 2006. [Internet]. 2006 [citado 23/8/09]. Disponible en: http://www.radiohabanacuba.co.cu/español/noticias/may06/ 4may/a/.htm: 

36    Psaltis A, Lth R, Mc Donall  M. Acute interhemispheric subdural hematoma. J Clin Neurosci. 2008; 11(5): 546-8.

37    Chan EF, Meeker M.  Acute traumatic intraparenchymal haemorrhege: risk fractor for progression in the early post-injury period. Neurosurgery. 2006; 58(4): 647-56.

38    Boto GR, Gómez PA, De la Cruz J, Lobato R. Factores pronósticos en el traumatismo craneoencefálico grave. Neurocirugía. 2007; 15:233-247.

39    Vázquez Tamayo M, González Aguilera JC, Expósito Reyes O, Cándido Huerta CM. Traumatismos craneoencefálicos en la unidad de cuidados intensivos. [Internet]. [citado 20/9/09]. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/mul/vol1_2_97/mul05297.htm.

40    Cueto A, Parellada J, Hernández W, Gómez A. Comportamiento de los Índices pronósticos y la mortalidad por accidentes del tránsito en el ISMM, en el período 2004-2005. Rev Cubana Med Int  Emerg.2008; 7(1): 46-54.

41    Harris C, Di Russon S, Sullivan T, Benzil D. Mortality risk after head injury increases at 30 years. J Am Coll Surg. 2006; 197:711-16.

42    Namen AM, Ely EW, Tatter SB, Case D, Lucia M, Smith A, et al. Predictors of succesful extubation in neurosurgical patients. Am  J Resp Crit Care Med.2005; 163: 658-64.

43    Masson F, Thicoipe M, Aye P, Tarak M, Senjean P, Schmitt V, et al.            Epidemiology of severe brain injuries: a prospective population-based study. J Trauma 2001; 51 (1): 481-489.

44    Oroco MA, Fabian TO, Davis KA, Gabin TJ. Early and late acute respiratory distress syndrome: two distinct clinical entities. J Trauma. 2000; 46: 361 – 368.

45    Liebeskind DS. Epidural hematoma. Medic [Internet]. 2008 [acceso 4 noviembre]; 57(4): [Aprox 4p.] Disponible en: http//www.emedicine.com/neuro/topic574.htm.

 

 

Correspondencia:

Iván Pupo Pérez. Correo electrónico: ivan@hvil.hlg.sld.cu

Indice Siguiente