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Correo Científico Médico de Holguín 2010; 14(3)
Trabajo
Original
Universidad de Ciencias Médicas
Mariana Grajales Coello. Holguín
Trastornos temporomandibulares en
pacientes bruxópatas atendidos en
Temporomandibular Joint
Disorders in Bruxer Patients. Artemio Mastrapa Rodríguez Dental Clinic
Mildred Gutiérrez Segura1,
Elia Julia González Estefano2
1
Especialista
de Segundo Grado en Prótesis.
Estomatológica. Asistente. Clínica Estomatológica Artemio Mastrapa
Rodríguez
2
Especialista
de Primer Grado en Prótesis Estomatológica. Instructor. Policlínica Rafael
Freyre
RESUMEN
Desde septiembre de 2006 a enero de 2007 en
Palabras
clave: bruxismo,
parafunción, aparato masticatorio, trastornos temporomandibulares
ABSTRACT
A
research was done in 44 bruxer patients older than 18
years, from September 2006 to January 2007 at Artemio
Mastrapa dental clinic in Holguín. The patients were
selected according to some criteria that were taken into account. Maglione test was applied to determine the temporomandibular joint disorders, the degree of
dysfunction and the most frequently symptoms and signs. The results showed
61.3% of them had temporomandibular disorders and
66.7%, 22.2 and 11.1% of the patients had mild, moderate and severe disorders
respectively. The joint noise were present in 81.4% of
the patients as well as pain muscles in 66.7% and trismus
in 36.7% of them. The results showed that there was a relation between joint
dysfunction and bruxism.
Key words: bruxism, parafunction activity, masticatory system, temporomandibular
joint disorders.
INTRODUCCIÓN
La actividad parafuncional de apretar
y rechinar los dientes fuera de los actos fisiológicos de la masticación y la
deglución que se caracteriza por hipertonicidad de los músculos masticatorios se
conoce como bruxismo (1).
Este hábito es de gran relevancia para
el sistema estomatognático por el deterioro dental que produce, su difícil tratamiento, la exacerbación del dolor
orofacial que genera y los molestos sonidos de rechinamiento que provoca (2).
La existencia del bruxismo es tan
antigua como la historia de la humanidad y en la actualidad se considera la
principal manifestación somática del estrés en nuestra especialidad (3).
En su etiología se han reportado
numerosos factores tanto mecánicos locales, sistémicos como psicológicos, pero
en general el mayor peso se le atribuye a las interferencias oclusales y al estrés emocional (4), (5), (6).
Su prevalencia es alta y se reportan
cifras que varían desde un 15% hasta un 91,5% (7). Okeson plantea que la presencia de desgaste dental en el
95% de las personas sugiere que casi todos los pacientes presentan cierto grado
de actividad parafuncional en algún momento de su vida y que es un proceso
normal aunque no exento de complicaciones para algunos individuos. El desgaste
dental puede llegar a ser un proceso muy destructivo y motivar con el tiempo
problemas funcionales (8).
La fuerza que se genera al apretar los
dientes ocasiona presión sobre los músculos, los tejidos y otras estructuras
que rodean la mandíbula y esto puede ocasionar trastornos temporomandibulares,
dolor, inflamación, cefaleas, dolor de oídos, lesiones en los dientes y otros
problemas. El rechinamiento puede provocar desgaste dental y sonidos oclusales audibles de trituración no funcional (9). Ambas modalidades son manifestaciones de un
mismo fenómeno.
Cuando las fuerzas que se desarrollan
durante su práctica exceden la capacidad de compensación del organismo, uno o
más de los elementos constituyentes del aparato masticatorio empiezan a claudicar.
Las manifestaciones clínicas que se
producen varían en relación con el tiempo, (la frecuencia e intensidad con que
se práctica el hábito). La articulación temporomandibular es uno de los
componentes de este sistema que puede sufrir las consecuencias de su práctica.
Numerosos estudios tratan de dilucidar
la relación existente entre el bruxismo y los trastornos temporomandibulares.
Algunos consideran a esta actividad parafuncional un factor desencadenante y
otros un factor contribuyente, pero lo que sí es cierto, en que en todos los
estudios realizados aparece el bruxismo dentro de los agentes implicados en su
etiología.
Los trastornos temporomandibulares
(TTM) se presentan en gran número de pacientes. Se considera que el 80% de la
población en general tiene algún signo clínico
y el 33% presenta dolor y limitación funcional. Predomina entre los 20 y
40 años de edad, afecta más a las féminas (10). Sus principales
manifestaciones clínicas son el dolor y la disfunción que afecta tanto a los
músculos como a las articulaciones temporomandibulares y se acompaña muchas
veces de signos, síntomas dentarios y otros.
Los TTM se pueden presentar con
distintos grados de severidad, de ahí la existencia de diferentes índices
epidemiológicos para su evaluación. La frecuencia de pacientes que acuden a
consulta aquejados de estas afecciones y su importancia clínica motivaron a
realizar esta investigación para estimar la frecuencia de trastornos
temporomandibulares en un grupo de pacientes bruxópatas,
determinar el grado de severidad de estos trastornos e identificar los signos y
síntomas más frecuentes en los pacientes
afectados.
MÉTODOS
Se realizó, desde septiembre de
Los pacientes seleccionados eran
dentados naturales o con brechas cortas con conservación de sus dientes
anteriores y estuvieron de acuerdo con
participar en la investigación. No se incluyeron aquellos que a pesar de
practicar el hábito tenían ausencia de numerosas piezas dentarias que
imposibilitó recoger la amplitud de los movimientos mandibulares; pacientes con
pobre coordinación muscular o con algún trastorno sistémico que no facilitó su
colaboración.
Para el diagnóstico del bruxismo se
tuvo en cuenta el apretamiento o rechinamiento dental, la presencia de facetas
de desgaste características del bruxismo detectado mediante la observación, así
como, otros signos y síntomas tales como la abrasión dental, hipertrofia de los
músculos maseteros, identaciones en lengua, carrillos
y exóstosis óseas.
Se aplicó el test de Maglione y colaboradores para determinar la presencia de
trastornos temporomandibulares y se evaluaron en leves, moderados y severos.
Los valores mínimos que se
consideraron normales para los movimientos mandibulares fueron para la apretura
de
Se exploraron los músculos maseteros, su origen, inserción
y cuerpo desde el borde inferior del arco cigomático hasta el ángulo de la
mandíbula en busca de dolor. El músculo temporal se palpó bilateralmente con
los dedos índices, medio y anular en forma de abanico siguiendo la dirección y
localización de sus fibras anteriores, medias y posteriores.; mientras que el
pterigoideo medial se tentó a nivel de la cara interna del ángulo de la
mandíbula.
Las articulaciones temporomandibulares
se examinaron mediante la palpación 11-
Además se tuvieron en cuenta la
desviación de la mandíbula al realizar la apertura respecto al plano medio
sagital y la trabazón mandibular.
Los datos se recogieron en un
formulario y se procesaron manualmente. Los resultados se dan en cifras
absolutas, porcentajes y se muestran en tablas y gráficos.
RESULTADOS
Los resultados muestran que de 44
pacientes bruxópatas, 27 presentaron trastornos
temporomandibulares para un 61,3% (tabla I).
Tabla 1. Trastornos
temporomandibulares (TTM) en los bruxópatas
estudiados
Bruxismo |
No |
Porcentaje |
Con TTM |
27 |
61,3 |
Sin TTM |
17 |
38,7 |
Total |
44 |
100 |
Fuente: encuestas
Predominó el grado de disfunción leve con 18 pacientes para un 66,7%, seguido
del moderado y severo en orden decreciente y con menor número de casos (tabla
II).
Tabla II. Severidad de los trastornos
temporomandibulares (TTM) en los pacientes tratados
TTM |
No |
Porcentajes |
Leve |
18 |
66,7 |
Moderado |
6 |
22,2 |
Severo |
3 |
11,1 |
Total |
27 |
100 |
Fuente: encuestas
Las manifestaciones clínicas revelaron
que la presencia de ruidos articulares fueron
más frecuentes con un 81,4% de los pacientes con TTM, seguido del dolor
muscular en el 66,7% y la limitación de los movimientos en el
37% (tabla III).
Tabla III. Manifestaciones clínicas en
los pacientes con trastornos temporomandibulares
Manifestaciones Clínicas |
No |
Porcentajes |
Dolor muscular |
18 |
66,7 |
Dolor articular |
8 |
29,6 |
Ruidos articulares |
22 |
81,4 |
Trabazón |
3 |
11,1 |
Fuente: encuestas
DISCUSIÓN
Fue elevado el número de pacientes bruxópatas con TTM pues más de la mitad de los enfermos
estaban afectados lo que indicó la relación del hábito con este trastorno.
Okeson plantea que el signo que se asocia
más a menudo con las alteraciones funcionales de la dentadura es el desgaste dental cuya génesis se deriva
casi por completo de la actividad parafuncional. Además refiere que existe una
relación importante entre oclusión, hiperactividad muscular y TTM.
Valenzuela considera
al bruxismo como un cofactor en la etiología de los TTM (2).
Rodríguez y colaboradores en su estudio reportan una alta frecuencia de hábitos parafuncionales en pacientes con TTM
(74,4%) y de ellos el más frecuente es el bruxismo (11). Lisboa lo
refiere como el hábito parafuncional más frecuentemente asociado a la disfunción de la articulación
temporomandibular (ATM) (12). Israel
citado por Wetanabara encuentra mediante
artroscopia diagnóstica la existencia de asociación significativa entre el
bruxismo y la osteoartritis (13).
La actividad parafuncional con fuerzas
horizontales sobre los dientes, los patrones de desgaste en posiciones no
habituales y a menudo la traslación condilar y mandibular lejos de una posición estable, las
contracciones sostenidas durante largos períodos de tiempo con disminución del
flujo sanguíneo y de la eliminación de productos metabólicos de desecho crea situaciones de fatiga, tensión y
espasmos musculares. Es posible que este hábito sea responsable de daños
estructurales en el aparato masticatorio y de la disfunción de
El grado de disfunción que predominó
fue el leve, seguido del moderado y severo en orden decreciente, es decir, que
casi las dos terceras partes de los pacientes con TTM tenían al menos un
signo clínico de disfunción lo que apuntó hacia la posible influencia de
este hábito hacia las articulaciones. El predominio de la disfunción leve
evidenció el poder de adaptación del sistema masticatorio en la mayoría de los
pacientes lo cual reafirmó que hay muchos factores que influyen en las
consecuencias del hábito tales como la tolerancia fisiológica, la resistencia
de las distintas estructuras que forman parte de este sistema, el tiempo de su
práctica, su frecuencia, la intensidad
de las fuerzas oclusales que se generan y la
persistencia de los factores etiológicos.
El sistema masticatorio está preparado
para soportar los esfuerzos de la masticación, la deglución así como otras
actividades funcionales como la respiración y la fonación. Cuando se aplican
fuerzas superiores a las normales tiene mecanismos compensatorios respondiendo
con hipertrofias musculares, condensaciones óseas, pero una vez que se supera la capacidad
adaptativa comienzan a aparecer signos clínicos que en muchas ocasiones el
paciente no percibe y que constituyen los primeros indicios del trastorno que
se está gestando y que en la medida que progresa puede conllevar a importantes alteraciones tanto estructurales,
funcionales como estéticas para el paciente.
Las manifestaciones clínicas revelaron
que la presencia de ruidos articulares,
el dolor muscular y la limitación de los movimientos fueron las manifestaciones
clínicas más frecuentes.
Los ruidos articulares y de ellos, el
chasquido apuntan hacia la falta de coordinación neuromuscular o a un
desplazamiento del disco, el cual puede ser una señal de las primeras
manifestaciones de un TTM, aunque no necesariamente las personas con ruidos
articulares desarrollan un síndrome doloroso de la articulación y muchos de
ellos cursan sin demandar un tratamiento para este trastorno.
El dolor muscular en especial a la
palpación revela la fuerte actividad muscular desarrollada durante la práctica
del hábito y la consecuente limitación de los movimientos puede estar en
relación con la mialgia o la artralgia presente.
Rodríguez y colaboradores reportan en
su trabajo como síntomas más frecuentes el dolor muscular y articular con
ruidos (11).
Lisboa plantea en su estudio como
queja principal el dolor facial y en especial el dolor en el músculo masetero
el cual encuentra presente en todos los pacientes bruxópatas
que estudia (12).
Molina y Santos citado por Uetanabara reportan que los desordenes del disco, así como,
la capsulitas y sinovitis se presentan más en pacientes con TTM y bruxismo, que
en los que no la padecen (13).
Fernández Vázquez y colaboradores
encuentran como manifestaciones clínicas más frecuentes los ruidos articulares
y la hiperestesia de los músculos pterigoideo externo y temporal refiriendo que
más de la mitad tenían clics en
Molina encuentra en un grupo de pacientes bruxópatas que el 39,21% tenían limitación de la apertura
oral. Además, de los pacientes que estudia reporta el 97,77%, el 84,44% y el
48,88%, con capsulitis,
con dolor retrodiscal y con dolor al desplazamiento
del disco, respectivamente (16).
CONCLUSIONES
1-
La
presencia de trastornos temporomandibulares en los pacientes bruxópatas estudiados fue alta, pues más de la mitad
resultaron afectados.
2-
El
grado de severidad de la disfunción predominante fue el leve.
3-
Las
manifestaciones clínicas más frecuentes en la muestra fueron los ruidos
articulares, el dolor muscular y la limitación en los movimientos.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
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Prevalence of bruxism in patient with different
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disorders diagnosis. Cranio 2003; 21(4):279-85.
16 Molina
OF, Dos
Correspondencia:
Dra. Mildred Gutiérrez
Segura. Edificio 6, apartamento 31, reparto Alex Urquiola, Holguín. mildred@cristal.hlg.sld.cu